Historias que cambian la vida

Álvaro Begines siempre ha tenido claro una cosa: “Hay historias que pueden cambiarnos la vida”. Así que el músico y cineasta sevillano (Los Palacios, 1963) se puso a sumar retazos de esas historias que había oído a orillas de las marismas del río Guadalquivir para convertirlas en una película. El resultado es Un mundo cuadrado, un thriller con tintes dramáticos que se estrena este viernes en Madrid y en las ocho capitales andaluzas.

El largometraje, el segundo de Begines tras la comedia ¿Por qué se frotan las patitas? (2006), que ha llegado a más de una veintena de países, retrata la realidad de uno de esos de poblados de colonización que promovió el franquismo. Un lugar trazado con escuadra y cartabón por algún arquitecto que ni siquiera conocía el terreno y en el que "cada uno va a lo suyo".

“Son gentes que viven en un pueblo sin pasado, pero también sin futuro. Un lugar en el que no hay policías, ni siquiera un cementerio. Es un sitio extraño en el que se impone la ley del más fuerte”, explicó este viernes Álvaro Begines, salido de la prestigiosa Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), aunque sus orígenes están en el grupo musical No Me Pises Que Llevo Chanclas, del que durante una década fue guitarrista, compositor y líder.

Un mundo cuadrado, con guión de Begines y Miguel Ángel Carmona, coloca en el centro de la historia a los cinco jóvenes que han formado un grupo de rock en el pueblo. “Todo comienza cuando asesinan al líder del grupo y uno de los chavales, Carlos, decide vengarse por la muerte de su amigo. Es la historia de unos chavales rebeldes en un lugar sin ley”, explica Álvaro Begines.

La cinta ha contado con un presupuesto de 800.000 euros

Para protagonizar su película, el director ha elegido a un actor desconocido, el sevillano Samuel Galiardo, de 25 años, quien después de hacer cortos y varias obras de teatro, debuta en el cine con este largometraje. Junto a él están Jesús Carroza, Rocío Peláez, Alejandro Astola y Juanfra Juárez junto a actores veteranos como Juan Carlos Sánchez, Manuel Monteagudo y Sebastián Haro.

La cinta, de 95 minutos, es una producción de La Zanfoña –la misma empresa que está detrás de Juan de los muertos o Grupo 7- y ha contado con un presupuesto de 800.000 euros, de los cuales 300.000 son ayudas de Canal Sur Televisión, el Ministerio de Cultura y la Junta. De media, los largometrajes que se ruedan en España cuentan con unos dos millones de euros.

El rodaje, que se realizó el pasado año en las marismas del Guadalquivir de las provincias de Sevilla y Cádiz, es un retrato realista de una realidad dura pero transmite un mensaje claro: “Si alguien se empeña puede cambiar el mundo, empezando por su pequeño cuadrado”, resume Begines.