‘Subprime’, retrato de la corrupción en las altas esferas políticas y financieras
Pep Munné y Chete Lera protagonizan la obra del dramaturgo malagueño Ramírez Baeza que se estrena en Málaga
Primera hora de la mañana en la city madrileña. En la última planta de la empresa petrolífera más importante del país, su director financiero, Antonio Solís, prepara la jornada en su despacho. Un empleado de una de sus gasolineras se presenta con un lápiz óptico que contiene un secreto que puede hacer que se tambaleé la nación. En él, un video grabado por las cámaras de la gasolinera muestra al presidente del Gobierno en una situación muy comprometida…
Esta es la historia que narra Subprime, obra con la que el dramaturgo malagueño Fernando Ramírez Baeza ganó en 2009 el Premio Carlos Arniches y que se estrena viernes en el Teatro Cervantes de Málaga.
Dirigida por el venezolano afincado en Jaén Ricardo Campelo, Subprime se presenta como “un thriller que funciona como una montaña rusa, con un montaje ambicioso que combina lenguajes propios del teatro, el cine y la televisión”, según explica su autor, Ramírez Baeza. La obra, que podrá verse también el sábado, iniciará después una gira por España.
El autor obtuvo el Premio Carlos Arniches en 2009 con este texto
Y es que, lo audiovisual se antoja como un personaje más de la historia, permitiendo al espectador y a los protagonistas trascender más allá del escenario. “Las proyecciones no son decorativas. El ritmo de la dramaturgia las necesita. Actualmente, el filtro de la realidad más extendido es la pantalla del ordenador y del televisor, y así funcionan. Pero mi trabajo ha consistido, esencialmente, en abrir espacios entre los actores, la música y las imágenes”, señala Campelo, que cuenta con los veteranos Pep Munné y Chete Lera como protagonistas de una obra en la que también figuran Federico Aguado, Daniel Huarte, Antonio Salazar, Aitor Gaviria, Aure Sánchez y Jorge Lora.
Personajes que retratan las entrañas corruptas de las altas esferas de la economía y la política. Poder, corrupción, vanidad, persecuciones y heroísmo se dan cita en esta obra que destripa con agilidad y frescura lo más nauseabundo del poder.
Un poder que ejerce Ángel Solís, director financiero de la multinacional petrolera y al que da vida Pep Munné, que define a su personaje como “un diablo encantador y uno de los responsables de la crisis actual”. Y también Chete Lera, para quien su papel de vicepresidente del Gobierno es un “regalo” a estas alturas de su carrera. “Es una persona llena de poder y de contradicciones, que se cree que se merece algo más por estar más preparado que el presidente del Gobierno”, detalla el actor.
“Sentarse y tratar de entender a los personajes es lo más horrible que he hecho en la vida”, explica el director de la obra. “Nuestro objetivo fue desde el principio aportar humanidad a situaciones asquerosas que no nos gustan en absoluto. Nosotros no tenemos poder, hacemos teatro y ésta es nuestra mejor forma de decir: no vamos a dejar que nos jodan”, añade Campelo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.