El caracol manzana penetra en el margen derecho del Ebro por un sabotaje
La Generalitat denuncia la introducción premeditada del molusco en ocho puntos diferentes
Las peores pesadillas para los agricultores del delta del Ebro se han hecho realidad: el caracol manzana, especie invasora que desde hace tres años tiene en jaque a los cosecheros de arroz porque se come los tallos de la planta joven, ha sido localizado en esta campaña de siega en la margen derecha del humedal. Hasta ahora los técnicos de la Generalitat habían conseguido contener el molusco en la margen izquierda del río, donde ya coloniza 1.000 hectáreas. Sin embargo, en las últimas semanas el Departamento de Agricultura ha encontrado ejemplares del molusco invasor en ocho puntos de la margen derecha “sin conexión entre ellos”. Por eso, la Administración catalana cree que se trata de un sabotaje, es decir, que alguien ha expandido la plaga en esa zona.
Según sostuvo ayer el Departamento de Agricultura, las plagas como la del caracol manzana —cuyos primeros ejemplares se escaparon hace tres años de una empresa de acuarios— tienden a propagarse de manera natural. Así, durante esta campaña del arroz el caracol intentó pasar a la margen derecha del humedal partiendo del río por tres lugares diferentes. La comunidad de regantes de la derecha del Ebro y los propios agricultores, junto con los técnicos de la Generalitat, pudieron detectar estos intentos en un estadio inicial y mediante una contundente actuación atajaron la incipiente colonización.
La única explicación es que ha sido un acto voluntario y premeditado, por eso los Agentes Rurales y los Mossos d’Esquadra han iniciado una investigación, informaron ayer representantes de la Generalitat sobre los ocho nuevos hallazgos. Tanto Agricultura como la comunidad de regantes de la margen derecha del Ebro han iniciado las actuaciones para luchar contra los nuevos focos y también han extremado la vigilancia en toda la zona.
Los agricultores tachan la acción de “delito ecológico” y sostienen que quien ha transportado los caracoles a la margen derecha, mucho más extensa que la izquierda, sabía perfectamente cómo propagar la plaga: los ejemplares se han localizado en su mayoría en la red de riego que mantiene conectados todos los canales del delta del Ebro.
La Generalitat ha invertido más de dos millones de euros en los últimos dos años para frenar la plaga, y la Unión Europea, 1,1 millones. Con estos fondos se han realizado multitud de tratamientos para atajar la expansión del caracol manzana. Sin embargo, han sido en vano y más de cinco millones de ejemplares siguen reproduciéndose a gran velocidad entre las plantas del humedal.
Con estos fondos se han realizad multitud de tratamientos: verter agua salada en los arrozales, instalar trampas, quemar rastrojos y aplicar saponina, un derivado de la camelia, en los campos; sin embargo, ha sido en vano.
El caracol, extremadamente voraz, se alimenta de tallos de arroz justo cuando están creciendo. El Ejecutivo catalán ha pedido permiso a la Unión Europea (UE) para secar los campos este invierno por tercer año consecutivo, medida que ha resultado efectiva. Sin embargo, el molusco, que se entierra en invierno bajo tierra, se despierta coincidiendo con el inicio del calor y la siembra del cereal, y vuelve a la carga. Cada 10 días una sola hembra puede realizar tres puestas, cada una de 300 huevos, de color rosa brillante.
En paralelo a la batalla en los campos, la lucha por acabar con la plaga de caracol manzana se ha trasladado a los tribunales: la Generalitat se presentó en abril como acusación particular en la causa judicial abierta en un juzgado de Tortosa (Baix Ebre) contra la empresa de importación de animales exóticos Promotora Bama, que presuntamente introdujo el caracol manzana en el delta del Ebro al escapársele algunos ejemplares. Entonces, el Ministerio de Agricultura ilegalizó la cría y el comercio de este molusco invasor.
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