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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las tres líneas y media que iban a salvar Gipuzkoa

No han querido hacer un Plan Anticrisis, sino esperar a Garitano

“Las Juntas Generales de Gipuzkoa instan a la Diputación Foral de Gipuzkoa a la elaboración y presentación ante las Juntas Generales de Gipuzkoa, antes de que finalice el mes de marzo, de una norma foral que recoja un plan territorial de actuación económica para hacer frente a la crisis, de acuerdo con las estrategias principales y líneas de actuación recogidas en la Resolución 24/2011”. Esa era la propuesta del PNV para sacar a Gipuzkoa de la crisis. Sesenta y tres palabras y escasas cuatro líneas, descontando las formalidades. Podemos entender que se venda humo por parte del PNV, porque llevan haciéndolo mucho tiempo; lo que no compartimos es que a este simple párrafo se lo refleje públicamente como un Plan Anticrisis. A Gipuzkoa no puede mentirle nadie, tampoco el PNV. Es muy grave por parte de este partido acusar a los demás de su propio error, el que está en el origen de todo: facilitar a Bildu el gobierno de Gipuzkoa —en Diputación y la mayoría de Ayuntamientos— y mantenerlos en el poder, concediéndoles moratorias y periodos de gracia.

El PNV ha tratado a los parados y a las empresas en quiebra igual que a la incineradora. Le dieron a Garitano una moratoria de seis meses en la construcción del centro de tratamiento de los residuos y pretendían darle otra moratoria en la ayuda y tratamiento de las personas desempleadas, de las que están sufriendo y para ayudar a las empresas, muchas de ellas con su viabilidad cuestionada, para reactivar la economía guipuzcoana.

Las tres líneas y media del Plan Anticrisis del PNV no son ni siquiera una idea completa. Existe un aforismo jurídico que indica que las cosas son lo que son y no lo que lo denominen las partes. Que alguien califique tres líneas y media como Plan Anticrisis no significa que constituyan un Plan Anticrisis. Incluso aunque incluyan una referencia a una resolución de Juntas Generales, en la que, por cierto, el partido socialista fue parte fundamental en su elaboración. Tampoco el hecho de pedir una norma foral a Garitano y su Gobierno hacen que las tres líneas y media se conviertan en un plan frente a la crisis. Tal afirmación es incierta; porque también es norma foral, la más importante de un Gobierno, la de Presupuestos, que es donde los socialistas hemos pedido a Bildu que actúe. Y para esas actuaciones no se tiene que esperar un año, sino solo un mes, el próximo, en el que empezará a debatirse en Juntas Generales.

Es incoherente, o cuando menos curioso, que se pida ahora una norma foral específica, cuando en tiempos del PNV y Markel Olano en el Gobierno foral las actuaciones frente a la crisis eran incluidas en la norma foral de presupuestos.

El PNV se ha escondido tras la petición al Gobierno de Bildu de una norma foral porque, o bien no se ve capaz de hacerlo, o no se atreve, habida cuenta de los requisitos reglamentarios para hacer una proposición de norma foral con contenido económico. Y es que sólo podría hacerse desde tres vías: primera, que la proposición de norma foral no contuviese financiación presupuestaria, pero en este caso la Diputación tendría derecho de veto. Segunda, que incluyese financiación, pero para ello se tendría que especificar en qué partidas presupuestarias deben ser reducidas; en este caso la Diputación solo podría manifestar su criterio. Tercera, posponer el efecto de la proposición de norma foral al siguiente ejercicio presupuestario. Nos pondríamos en 2014.

Esa es la verdad y no la interpretación de una mentira. No han querido hacer un Plan Anticrisis, sino esperar, de brazos cruzados, a Bildu y a Garitano. Esperar más allá de marzo de 2013 o de 2014. Las moratorias que PNV da a Bildu en Gipuzkoa se sabe dónde empiezan pero nunca donde acaban. Cuando hablamos de las lentejas de la gente, de los libros de nuestros hijos, de nuestras casas, de nuestro futuro, es indigno llamar Plan Anticrisis a tres líneas vagas e imprecisas. Provoca sonrojo esa actuación ante los miles de parados guipuzcoanos y frente al tejido económico empresarial que nos está suplicando ayuda.

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Lo dicho, humo, mentiras y propaganda. Tres líneas no salvan Gipuzkoa. A Gipuzkoa la salvan los Gobiernos fuertes con propuestas eficaces e inmediatas que ayuden a desempleados, empresas y personas necesitadas. Y eso se llama moción de censura a Garitano, que el PNV no puede ni quiere hacer. Su devoción por Bildu se lo impide.

Rafaela Romero y Julio Astudillo son junteros del PSE-EE en las Juntas Generales de Gipuzkoa.

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