A la espera del impacto de la subida de las tasas en la enseñanza superior

El anterior curso universitario se cerró con el miedo a un aumento desmesurado de las tasas y la consiguiente expulsión de alumnado de la enseñanza superior. El Gobierno central aprobó un real decreto en el que se obligaba a las comunidades a incrementar los precios públicos, sobre todo, en el caso de los repetidores. Finalmente, la Junta se ha acogido a la horquilla más baja de ese decreto, con lo que los andaluces son de los que tienen las tasas más baratas de todo el Estado en los grados.

El Gobierno regional decidió solo aplicar la subida del IPC en el caso de la primera matrícula, con lo que el precio por crédito es de 12,49 euros, 29 céntimos más que el año anterior. El coste se incrementa a medida que se necesitan más oportunidades para aprobar una asignatura. El precio del crédito en segunda matrícula sube hasta los 24,97 euros, 10,87 más, ya que debe cubrir el 30% del coste real, según el decreto estatal. Y se dispara para la tercera y cuarta matrícula. Además, el encarecimiento también es considerable en las maestrías que no habilitan para actividades profesionales. Se ha pasado de los 28,6 euros por crédito del año pasado a los 70,58 (primera matrícula) y 114,69 (segunda).

Ante esta situación, es complicado saber cómo evolucionará este año la matriculación, que se remata completamente el 10 de octubre. Algunos rectores y la propia Administración autonómica llevan tiempo señalando que, posiblemente, no se produzca una reducción del número de alumnos universitarios. Lo que temen es una bajada de las matrículas, es decir, que los estudiantes cursen menos asignaturas debido al aumento de las tasas. Pero también hay que tener en cuenta que cerca del 90% de los universitarios aprueban en primera o segunda matrícula, donde los incrementos de los precios son más moderados.