“Los niños no tienen la culpa de nada”
El curso escolar de Infantil y Primaria arranca entre protestas contra los recortes
"El curso escolar comienza con la aplicación de los recortes más graves en la educación pública, de calidad y en valenciano por parte de la Administración". Esa es la primera frase del manifiesto elaborado por la plataforma Per l'ensenyament públic para inaugurar el año educativo. Y así, junto a padres, alumnos y completa presencia sindical, lo han leído esta mañana frente a la puerta del CEIP Malva-Rosa en Valencia.
Con dos pancartas desplegadas a las puertas de este centro, de más de 50 años de historia, que decían "Per l'educación públic" y "Más calidad, más valenciano, más dignidad", la comunidad educativa al completo ha ido dejando a los niños en el centro. "Los niños no tienen culpa de nada", explicaba Laura Font, la directora del colegio. "Aquí nos han quitado al auxiliar de inglés y a un maestro de compensatoria", ha continuado, "pero seguimos haciendo extraescolares para que los alumnos lo noten lo menos posible". ¿Cómo? "Trabajando más y cobrando menos".
Antes de las nueve de la mañana, los niños compaginaban la expectación del primer día con los bostezos por la vuelta a madrugar. "Hay que tratar de hacer fuerza, de seguir luchando con huelgas o protestas para sensibilizar a este gobierno de este atropello", afirmaba Juan Moscardó, un padre de dos alumnos de 4º y 6º de primaria.
"Hoy empieza la primera de las protestas", decía Remei Santacatalina, portavoz de la plataforma y presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA). "Este año las condiciones son lamentables. Las aulas estarán masificadas y va a haber problemas de atención al alumnado", sentenciaba.
Dos hermanos que dudaban del curso que comenzaban sus hijos se mostraban contrariados por las condiciones para que los niños lleven tupper al cole o por el precio del material escolar. "Lo que más nos preocupa no es el inicio, sino ver si lo acaban", reían. A pocos metros, un señor vendía en un carro dos cajas de frutas. "Higos por libros", gritaba. "A este paso no nos quedará otra opción", cuchicheaba un grupo de madres que pasaba por su lado.
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