Cine hecho en casa

Seis estrenos, con dominio absoluto de documentales; dos cintas ya estrenadas, lo que suma ocho producciones; el reconocimiento al guionista Michel Gaztambide y un homenaje al cineasta Antxon Eceiza, fallecido el año pasado. El Festival de Cine de San Sebastián presentó ayer los principales detalles de Zinemira, su sección dedicada al cine vasco, en una rueda de prensa en la que participaron, entre otros, el director del certamen, José Luis Rebordinos, y la consejera de Cultura, Blanca Urgell.

Zinemira afronta su cuarta edición con un significativo porcentaje de estrenos frente a años anteriores, en los que había mayor equilibrio entre las novedades y las películas rescatadas, pero merecedoras de una segunda oportunidad, como recordó Rebordinos.

La lista de estrenos arranca con Pura vida, de Pablo Iraburu y Migueletxo Molina. El documental relata la muerte del alpinista Iñaki Ochoa de Olza, fallecido en 2008 en el Annapurna, y el frustrado intento por rescatarlo con vida en el que participaron escaladores de más de 10 países.

Josu Venero propone en En un paisaje imaginado un retrato del artista donostiarra José Antonio Sistiaga, “uno de los percusores a sus 78 años del arte experimental cinematográfico”, según recordó la organización del certamen. También habrá hueco en Zinemira para las letras: Leku hutsak, hitz beteak (“Lugares vacíos, palabras llenas”) sienta a Bernardo Atxaga ante la cámara. El documental, firmado por Joxeanjel Arbelaitz Irastortza, bucea en el origen de los textos del escritor.

‘Mariposas en el hierro’ recoge las voces de mujeres víctimas de ETA y los GAL

Mariposas en el hierro, de Bertha Gaztelumendi, suma las voces de diversas mujeres víctimas de la violencia, entre ellas esposas de víctimas de ETA e hijas de asesinados por los GAL, mientras que Mur-Mur (“Murmullos”), de Juan Miguel Gutiérrez, recoge la historia de seis presos de Martutene.

Los estrenos se cierran con la cinta de animación To say Goodbye, de Matt Richards. El trabajo, ambientado en la Guerra Civil, aborda “la perdida de la niñez y de la identidad” de 4.000 niños que fueron evacuados al Reino Unido en 1937.

El Zinemaldia además recupera para la sección Camera Obscura, de Maru Solores, y Papá, soy una zombie, de Ricardo Ramón y Joan Espinach, ya estrenadas.

En los reconocimientos, dos nombres fundamentales del cine vasco se abren paso en esta cuarta edición de Zinemira. El premio de la sección recaerá en Michel Gaztambide, guionista de filmes como Vacas, de Julio Médem, o No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu. Y Antxon Eceiza recibirá un homenaje con la proyección de Ikuska 20.

Zinemira se completa con el premio Serbitzu, dotado con 20.000 euros, y abierto en esta ocasión a los seis estrenos de la sección y al resto de producciones vascas presentadas en otros apartados del festival.