El Soho & Sons se muda a Igueldo

El Kutxa Kultur Festibala no es un festival al uso. De la coctelera que fluyó la cita se han mezclado para su segunda edición a partes iguales música independiente y una apuesta decidida por el ocio familiar. La propuesta vuelve 10 meses después de su primer contacto con San Sebastián, o de lo que se podría considerar una especie de ensayo, del que queda el espíritu, una manera de entender la música, el afán por abrirse un hueco en el panorama de festivales y con una extensa carta de propósitos a cumplir. Sus impulsores presentaron ayer los últimos flecos de la cita, que se celebrará en el Parque de Atracciones de Igueldo el 7 y el 8 de septiembre, y en cuyo cartel, ya anunciado, se mezclan Maxïmo Park, The Horrors, The Raveonettes o Russian Red.

La principal diferencia de esta segunda edición respecto a su primera es el espacio elegido para su celebración. Todo el recinto del Parque de Atracciones mutará en territorio musical —en el parking se levantará el escenario principal—, de hecho, como subrayó durante la presentación la directora del espacio, Pilar Pascual, “es la primera vez que el parque se cierra”.

La aseveración, como detalló Pascual, no significa que la entrada quede vetada al profono de la música indie o al “despistado”, si no que por 10 euros, lo que vale el ticket para cada uno de los dos días del festival se podrá acceder a las instalaciones. “Los conciertos son gratuitos”, precisó el responsable de la Obra Social de la Kutxa, Iñaki Altuna, con lo recaudado lo que se costea es la infraestructura y los diversos servicios que se ofrecerán.

Esa mezcla entre precio popular y el espacio elegido constituyen la base para alcanzar el prepósito de la segunda edición del Kutxa Kultur Festibala; ocio en familia. Las diversas atracciones del recinto funcionarán de forma interrumpida, la cita ofertará un servicio de guardería, talleres infantiles, y entre las 12.00 y las 14.00 una happy hour o un dos por uno en los pasajes para la Montaña Suiza, los coches de Choque, el Río Misterioso...

El festival ya ha vendido 4.000 entradas a razón de 10 euros cada una

Los organizadores buscan que la simbiosis entre el que se acerque a escuchar alguno o todos los conciertos y el que decida pasar un día en familia sea perfecta, no habrá espacios acotados u horarios para unos u otros, a diferencia de, por ejemplo, la sección infantil del Sónar que cuenta con una programación específica para los niños.

El festival ha vendido hasta la fecha 4.000 entradas de un aforo total de 9.000 personas a repartir entre los dos días y sus impulsores, como explicó Sergio Cruzado responsable musical de la cita, esperan agotar todos los boletos.

La organización además dispondrá de una flota de autobuses gratuitos para cubrir el trayecto desde el centro de San Sebastián hasta el parque —los vehículos saldrán desde el Hotel Londres y el Hotel Eceiza—, porque “no se podrá acceder con coche o moto”, detalló Cruzado. “No queríamos crear un festival artificial, a las afueras de una ciudad, y construir un parking, si no que estuviera integrada en el entorno urbano”, puntualizó.