El buitre leonado se recupera hasta las 507 parejas
Castellón es la provincia con mayor cantidad de nidos
El buitre leonado vuelve a sentirse a gusto en la Comunidad Valenciana. Su presencia se quedó en mínimos en los setenta, cuando solo tres parejas habitaban en el norte de Castellón, pero la población se ha recuperado en los últimos años hasta alcanzar 507 parejas, según los datos de la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente.
El mayor número de buitres leonados continúa concentrado en la provincia de Castellón, donde se ha constatado la presencia de 469 parejas, según los censos de la consejería, que revelan una representación del ave rapaz mucho menor en Alicante, con 33 parejas, y mínima en Valencia, con otras cinco. La especie se recupera de manera sostenida desde 2005, una “tendencia positiva” que se rompió brevemente con un descenso en 2007 por el cierre de varios muladares (lugar donde se depositan cadáveres de animales para que los hagan desaparecer las aves carroñeras) en los que se alimentaban en Teruel.
Los buitres no lo han tenido fácil para afianzarse de nuevo en los montes valencianos. La crisis de las vacas locas implicó a partir de 2001 el cierre de los comederos de Castellón, de modo que las rapaces se desplazaron para alimentarse a los de Teruel hasta que también fueron cerrados. La solución vino de la mano de una nueva normativa que permitió el control de los restos de animales aportados a los muladares, una red que cubre el 40% de las necesidades de los buitres que vuelan entre Castellón y Teruel.
En los años setenta solo quedaban seis ejemplares en todo el territorio
Con la comida mejor asegurada, se han incrementado los nidos y las reproducciones, que se registran a través de un programa de capturas y marcaje de ejemplares iniciado en 2005 en el comedero de Cinctorres (Castellón). En los últimos seis años, 510 ejemplares han sido equipados con anillas de lectura a distancia y marcas en las alas, y el 88% de ellos han sido controlados al menos una vez con este sistema. Según detalla la consejería, los 453 buitres avistados fueron observados posteriormente una medida de entre 9,9 y 11,7 veces; de los 57 restantes que no fueron vistos, 30 aparecieron muertos.
Otro problema importante para la supervivencia de los buitres han sido las aspas de los aerogeneradores de varios parques eólicos de Castellón. Hasta 200 aves murieron o sufrieron heridas entre 2006 y 2008 por los molinos de viento, hasta el punto de que la consejería llegó a paralizar dos parques en Els Ports ante la mortandad de buitres y la fiscalía abrió diligencias. Medio Ambiente afirma que siguen produciéndose muertes por aspas de aerogeneradores, pero la población de buitres no se ve comprometida por ello.
Los buitres marcados en Castellón han sido vistos en numerosas ocasiones en la provincia de Teruel —el Maestrazgo es uno de sus destinos favoritos—, pero también en Lleida, Zaragoza y Tarragona, entre otras provincias. También han volado hasta Francia y Suiza.
La recuperación de la especie en Castellón es clara, pero su afianzamiento en las otras dos provincias valencianas es más complicada. En Valencia, el buitre leonado dejó de nidificar en los cincuenta y hasta el año pasado no se había vuelto a registrar su reproducción en esa provincia, donde la notificó la Societat Valenciana d’Ornitologia en la comarca de Los Serranos. Este año han iniciado la reproducción en esa zona tres parejas y la consejería confía en que se afiance ese núcleo de aves.
Mientras, en Alicante, se han asentado este año dos parejas en la Sierra Mariola, y ha dado sus frutos el programa de reintroducción lanzado por la asociación Fapas-Alcoi en 2000, ya que la población se ha ido incrementando poco a poco hasta reproducirse en distintos puntos de la zona y alcanzar 33 parejas en la provincia.
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