Perrito al agua

Como cineasta, en mi experiencia y en la de muchos compañeros, creo que el rodaje subacuático —salvo que seas James Cameron— es lo que menos hemos practicado todos. Hace tiempo, cuando era técnico de vídeo en una publi, tuve la oportunidad de conectar el BNC a una cámara con la carcasa que se le coloca para poder sumergirla y recuerdo lo lento que era prepararla.

Ya rodando mi propio material solo en otra ocasión el proyecto requería filmar imágenes subacuáticas y disfruté mucho. Las imágenes submarinas nos sorprenden tanto con los colores, el movimiento, las especies,... El mar sigue siendo el gran desconocido, esa frontera que, si no nos cargamos antes el planeta, empezaremos a bucear.

Este mediodía podemos disfrutar de una buena película de cine submarino con un título muy sugerente: Fuerza vital. Aunque podría ser el título de un capítulo de Son Goku, se trata de un filme precioso y con entrada gratuita, que para como están los tiempos es una gran alegría.

El Aquarium quizás sea uno de los grandes olvidados por los donostiarras. En mi quinta todos fuimos con el colegio y creo que se sigue haciendo. Otra cosa es últimamente; nadie propone: “Vamos al Aquarium”. Parece que es algo solo para turistas y quien no alucinaría el doble leyendo Moby Dick tras ver el esqueleto de una ballena.

Esta noche probablemente me deje caer por Sagüés para el concierto de La Mala Rodríguez, por supuesto patrocinado por una marca comercial. Últimamente, incluso después de ducharme me miro por si tengo la marca de algún sponsor y se me ha olvidado cumplir el contrato de la primera parte. Antes veré los fuegos, que son de una compañía alemana. Personalmente, me apetece que ganen otros; si no, la sensación de que los germanos se lo llevan todo va a ser total. A estas alturas todos tendremos ya perfiladas nuestras quinielas con el ganador del concurso. Yo apuesto por los del martes: ¡Vive la France!