“Nos han robado todo nuestro dinero”
Cerca de treinta afectados por una agencia de viajes protestan por quedarse en tierra Los billetes que habían comprado valían más de 1.000 euros de media
“Esta gente nos ha robado nuestro dinero”, exclamó ayer Julio Giret en la puerta, cerrada a cal y canto, de Viajeling.com, agencia de viajes situada en la calle de Villarroel, 229, de Barcelona. Giret pagó en enero 1.255 euros para poder pasar las vacaciones de verano en su país. El vuelo salía de Barcelona el pasado día 2 con destino a Asunción, capital de Paraguay. Pero cuando llegó al aeropuerto se topó con la peor de las noticias: “Me dijeron que mi billete había sido cancelado. Y me quedé ahí, en tierra, sin poder ir a mi país”, explicó visiblemente irritado.
Giret no era el único que, airado, protestaba ayer por la tarde frente a la persiana bajada de la agencia. Como él, otras 30 personas se quedarán este agosto sin poder viajar porque Viajeling.com no utilizó el dinero que había cobrado a sus clientes para pagar los pasajes a la empresa emisora, Viajes Taumus.
Pedro García, dueño de Viajes Taumus, explicó que hace unas semanas le dio un últimatum a Viajeling.com para que pusiera al día sus pagos, bajo amenaza de cancelar todos los vuelos contratados. “Solo había cobrado 200 euros por cada uno, cuando todos valen más de 1.000”, explicó. Pese a las advertencias, Viajeling.com nunca pagó. Javier Benito, dueño de la agencia de viajes, declinó ayer ofrecer su versión de los hechos.
Fidel Lozcano es otro de los afectados. “Llamé el día 1 de agosto y me aseguraron que todo estaba bien”, explica delante de un cartel colgado de la persiana de la agencia en el que tildan de “ladrón y estafador” al propietario. Como Giret, él también viajaba a Asunción el pasado día 2. Iba acompañado de su mujer y su hija de tres años, pero al llegar al aeropuerto le comunicaron que los tres billetes habían sido cancelados. “Nos han robado todo el dinero de nuestra familia”, espetó con rabia.
García dice sentir “pena” por los numerosos clientes que se han acercado desde el pasado lunes a su oficina buscando información desesperadamente, incluso alguno con lágrimas en los ojos. Giret se queja de que los responsables de Viajeling se han escondido y no ofrecen ninguna explicación que solucione su crítica situación.
César Bonoso fue a la oficina de Villarroel para pagar los más de 300 euros que le quedaban pendientes de su vuelo y se encontró con la muchedumbre y la persiana llena de mensajes que mostraban la desolación de los afectados. Cuando supo qué sucedía, corrió preocupado a las oficinas de Taumus para saber qué había pasado con su dinero.
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