La Blanca arranca reivindicativa
Las fiestas de Vitoria comienzan con un multitudinario ‘txupinazo’ rendido a la Green Capital y a los colectivos que más sufren la crisis. Celedón: “Si esta es Gasteiz en verde cómo será madura”
También se dejó ver la protesta contra el proyecto de extracción de gas
La balconada de San Miguel y la plaza de la Virgen Blanca se llenaron de demandas y lemas, algunos adaptados a la actual recesión, desde “Celedón, sin casa y sin balcón”, hasta pancartas en las que el alcalde, Javier Maroto, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, eran presentados como reyes de una baraja, tijera en mano el uno, motosierra el otro. Otras pancartas lucían mensajes en inglés en contra de los recortes, por aquello de que Vitoria se halla ahora en el mapa internacional gracias a la capitalidad verde. “Lo público no se vende, lo público se defiende”, rezaba otro cartel.
A consumir
- El consejero de Economía, Carlos Aguirre, representó al Gobierno en la balconada que congregó a las autoridades.
- Pese a la crisis, Aguirre instó a los ciudadanos a disfrutar de las fiestas que se celebran este mes en las tres capitales vascas y en múltilples ciudades y pueblos. "También desde un punto de vista económico, yo aconsejo que la gente disfrute, consuma, gaste y que lo pase bien con sus amigos", destacó.
- También estuvieron en la balconada el alcalde de Vitoria, Javier Maroto; el diputado general alavés, Javier de Andrés; el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal; el presidente del PNV en este territorio, Xabier Agirre; el diputado de Amaiur Rafa Larreina y representantes municipales de PNV, PSE, PP y Bildu.
“Es importante traer al ámbito festivo a representantes de muchos de los que están abajo, en la plaza, que no lo están pasando bien”, resaltaron Pablo y Tania, miembros de la asamblea del derecho a la Renta de Garantía de Ingresos, que aprovecharon para reivindicar que “todo el mundo tiene derecho a recibir ayuda”.
“Hemos estado buscando las cosquillas a los políticos y ahora no nos contestan, ni nos miran casi”, decía apenado uno de los trabajadores del aeropuerto de Foronda, condenado a la reducción de su actividad al horario de noche y, según la plantilla, llamado a desaparecer.
“Los políticos están más preocupados por la publicidad, por atender a los medios, que por preguntar cómo están a quienes deberían preocuparles”, criticaban David, Gerardo y Raúl, trabajadores de Laminaciones Arregui, una empresa que “está jugando con sus empleados”, con un goteo de despidos —21 más la pasada semana—. La conclusión es que, mucha reivindicación, pero poca comunicación entre colectivos y autoridades. Bildu había invitado a representantes de varios de estos colectivos a la balconada.
El PSE renunció a la comitiva como gesto con quienes padecen la crisis
Los tradicionales pañuelos al cuello, normalmente rojos o de cuadros azules y blancos, se tiñeron ayer del verde de la Green Capital, pero también del amarillo en contra de la fracturación hidráulica que el Gobierno vasco prevé emplear para extraer gas en Álava. Y no faltaron las habituales pancartas por el acercamiento de presos de ETA.
A las seis, cuatro personas que trabajan por impulsar el euskera en la ciudad —el director de la Federación de Ikastolas de Álava, Joseba Aginagalde; la profesora de los euskaltegis IKA Mailu Lasarte; la escritora Katixa Agirre y el bertsolari Iñaki Tena—, lanzaban el txupinazo. El resto del arranque festivo transcurrió como de costumbre, aunque esta vez salpicado de camisetas verdes y con un Celedón veloz, tanto a la hora de bajar desde San Miguel como al recorrer a pie los 115 metros de la plaza hasta la balconada.
Una pancarta rezaba: “Lo público no se vende, lo público se defiende”
En menos de un cuarto de hora, Gorka Ortiz de Urbina, el Celedón de carne y hueso, ya estaba dando su tradicional discurso, de no más de dos minutos, con el que se limitó a los tradicionales cánticos y a una referencia a la ciudad como capital: “Si esta es Gasteiz en verde cómo estará cuando esté madura”, dijo con la voz entrecortada por el esfuerzo y la “paliza” que él mismo reconoció que se había pegado. El Celedón utilizó finalmente el paraguas verde de la Green Capital durante todo su recorrido, pese a que un día antes el Ayuntamiento había anunciado que atravesaría la plaza con el azul tradicional tras haber recibido algunas críticas contra esta innovación.
Las palabras de Ortiz de Urbina se entremezclaron con el humo de los puros que se encendieron un año más y el olor del cava de las miles de botellas que miraron al cielo. La bajada de Celedón se saldó con una recogida total por los servicios de limpieza municipales de 14.800 kilos de basura. De ellos 13.700 corresponden a vidrio, mientras que el plástico se mantiene en porcentajes similares a los de otros años.
En la plaza de la Virgen Blanca se vieron menos botellas de vidrio
La plaza de la Virgen Blanca, reluciente antes de las siete y media de la tarde, se transformó por completo tras esa hora. Primero, comitiva municipal, encabezada por Maroto, con la ausencia del grupo socialista, que en solidaridad con las familias que sufren la crisis se abstuvo de participar en el único acto festivo oficial que protagoniza la corporación.
Y, segundo, la Procesión de los Faroles, cuya luz tintineante transportaron más de 200 cofrades de la Cofradía de la Virgen Blanca, como cada año, por el centro de la ciudad.
<CW-4>Las palabras de Ortiz de Urbina se entremezclaron con el humo de los puros que se encendieron un año más y el olor del cava de las miles de botellas que miraron al cielo. Eso sí, menos botellas de vidrio que en ediciones anteriores. A juzgar por la apariencia de la plaza tras marchar los fiesteros a otros escenarios de diversión, parece que los ciudadanos apuestan cada vez más por las de plástico o, directamente, por no llevarlas.
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