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Los jóvenes sueñan el Bilbao del futuro

40 estudiantes de todo el mundo trabajan la topografía de Zorrozaurre con innovadoras técnicas informáticas

Un instante de la presentación de los proyectos.
Un instante de la presentación de los proyectos.F. D.-ALDAMA

Las dos semanas de intenso trabajo de 40 estudiantes de arquitectura dieron el pasado viernes sus primeros frutos. Los jóvenes pertenecían al programa Bilbao-San Sebastián Visiting Schools, organizado por la asociación más antigua de Londres, de la Architectural Association (AA). Llegados de los cinco continentes, aunque con una mirada prioritaria al alumnado de las zonas más cercanas a Bilbao, los estudiantes dedicaron 15 días a analizar la problemática de zonas residuales de topografías complejas. Su objeto de estudio era la zona de Punta Zorroza y queda reflejado en los ocho proyectos finales en la Alhóndiga de Bilbao, donde han trabajado.

Cada grupo, formado por cinco estudiantes, tenía dos factores a estudiar. El agua, el viento, los transportes, las conexiones con el Anillo Verde que rodea la capital vizcaína, la limpieza de los suelos o el factor cielo, esto es, la perspectiva. A lo largo de estas semanas han recibido una intensa formación a base de charlas, conferencias, talleres y tutoriales informáticos. Los programas que les han enseñado dan valores a cada factor y ayudan a modelar la retícula urbana. Se trata de trabajar la topografía de una forma informática y mucho más precisa. De ahí viene el nombre, Computing Topos.

Jorge Velasco, de Getxo, acaba de licenciarse en la Universidad de Navarra. En el taller unió fuerzas con dos estudiantes de San Sebastián y uno de Salamanca para buscar respuesta a dos factores: el viento y el terreno. Su idea muestra una trama urbana pensada como una malla de oficinas y viviendas que cubre el territorio y sufre deformaciones. “Tienen diferente densidad, conforme te acercas al centro la densidad aumenta”, explica Jorge.

Cree que el taller ha sido muy instructivo y confía en que el año que viene, en una segunda fase, “los bocetos de ahora tengan una cierta continuidad o se monte una exposición de cierta importancia”. El programa de Visiting Schools está concebido para tres años pero aún no hay un compromiso firme.

Los estudiantes se han enfrentado al agua, el viento o la suciedad del suelo

Uno de los prestigiosos profesores que ha impartido los distintos cursos, Guy Austern, escuchaba atento las tímidas pero firmes presentaciones de los alumnos. Este arquitecto israelí procede de la AA London y les ha curtido en los aspectos técnicos y en el análisis del clima, otro de los factores que han debido considerar a la hora de soñar Bilbao. “Hemos cubierto muchos aspectos de la formación arquitectónica”, cuenta Austern. “Han aprendido dos lenguajes diferentes de programación muy útiles para esta profesión en el futuro inmediato”, asegura, “pero lo más importante es que son gente joven con un instinto y un gusto especial que se refleja en cada proyecto, están muy puestos al día de lo que pasa en el mundo de la arquitectura hoy en día”.

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Maider Llaguno y Clara Oloriz fueron las tutoras y organizadoras de todo el grupo durante los quince días de Computing Topos. En la clausura se las veía aliviadas de terminar con el intenso seminario, pero satisfechas del trabajo realizado. “Le pedimos a cada grupo que respondiese a los desafíos de distintos factores, algunos muy complejos, como el deterioro de la calidad del suelo en Zorroza, y otros incontrolables, como el clima”. Su compañera, Clara Oloriz, destacó que “se les pidió que aplicasen principios y metodologías de la AA School de Londres, pero a partir de ahí han tenido total libertad”.

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