López eleva la crítica a los recortes y pedirá un esfuerzo de país ante ellos
El Gobierno vasco quiere obtener recursos para inyectar a la economía productiva
El Gobierno va a mantener, e incluso elevar hasta el máximo institucionalmente aceptable, el perfil de su posición de rechazo frontal a las medidas de recorte del Ejecutivo del PP, que encuentra más motivado aún tras el decreto-ley del consejo de ministros del viernes.
La comparecencia personal hoy del lehendakari, Patxi López, al término del consejo de Gobierno, tiene significado por sí misma: encierra la voluntad de elevar también al máximo nivel el rango institucional del portador de la respuesta y del mensaje a la sociedad.
Esa, la del modo de comunicación, fue la única decisión hecha pública sobre la reunión que mantuvo el lehendakari con el núcleo duro y más inmediato de asesores y miembros de su Gobierno que le rodean. La anunciaron los servicios de Lehendakaritza, con un escueto comunicado, al término de ese encuentro, que duró dos horas.
El Ejecutivo puede acordar hoy un cuarto recurso al Constitucional
Entra dentro de lo posible, aunque ninguna fuente de las consultadas quiso confirmarlo, que el consejo de Gobierno acuerde recurrir también al Tribunal Constitucional el decreto publicado el sábado en el BOE.
El informe de los servicios jurídicos del Gobierno que ayer estuvo sobre la mesa considera que la administración del Estado comete de nuevo una extralimitación competencial, al menos en uno de los dictados del decreto: la supresión de la paga extraordinaria de Navidad a los empleados públicos. Aunque lo recurra, el Ejecutivo está obligado a cumplirlo, igual que ocurrió con la prohibición de realizar aportaciones a EPSV de empleados públicos.
Modelo y salida vascos
El modelo Euskadi y la salida vasca a la crisis del discurso del Gobierno de Patxi López y del PSE-EE, parece ahora el terreno en el que se interna también el PNV. Las diferencias en la defensa de la autonomía entre unos y otros se antojan haberse reducido a la mínima expresión, toda vez que los peneuvistas verbalizan ya sin complejos que la prioridad es la crisis y arrinconan los desafíos soberanistas.
A diferencia de hace menos de cuatro años, ahora es difícil apreciar distancia entre la defensa del autogobierno que vienen haciendo Patxi López y el PSE, recursos al TC incluidos, y, por ejemplo, ayer, la reivindicación de “autonomía” lanzada desde el PNV.
Con todo, el principal escollo para el Gobierno vaso se antoja en la posición que vaya adoptando el PP desde Madrid. La aprobación, en septiembre, de la nueva propuesta de refinanciación de la deuda constituirá, sin duda, una piedra de toque en la que el Gobierno central podría ajustar las negativas de Patxi López ante los ajustes a nivel estatal, aplicando como anunciará hoy el valor diferencial de las competencias vascas.
Las posibilidades de actuación legal no protagonizaron la reunión sino, en mayor medida, la política y el terreno de “los principios” en el que el lehendakari reafirmará hoy su acción.
López realizará una lectura oficial y más solemne de las medidas y, en lo que afecta a Euskadi, es previsible que revalide su llamamiento al compromiso de país de las fuerzas políticas y del conjunto del entramado institucional. López quiere ese compromiso fundamentalmente para impulsar la economía productiva, y cree que para ello hace falta poner en juego todos los resortes que el autogobierno proporciona. Es decir, todo lo que el entramado institucional tiene en sus manos, sea cual sea la administración o el partido que la gestione, para obtener los recursos que permitan seguir manteniendo el modelo Euskadi y dar una “salida vasca” a la crisis.
Respecto de las medidas del Gobierno Rajoy, el Ejecutivo de López solo asume como compromiso propio el cumplimiento de sus obligaciones en la contención del déficit. En ese capítulo, el Ejecutivo tiene la intención de observar estrictamente los dictados de Bruselas, tal y como dejó comprometido en el Plan de Reequilibrio y Endeudamiento que le aprobó el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en marzo.
El Gobierno trata de que el ministro Cristóbal Montoro no pueda esgrimir ningún desvío en ese terreno con el que argumentar una negativa a la emisión de deuda prevista para el segundo semestre. Esta no tiene aún no tiene el visado del ministerio, imprescindible para lanzarla.
Si Montoro rechazara esa segunda parte del endeudamiento que avaló en marzo, el Gobierno quiere estar en condiciones de demostrar que no existe una base objetiva para tal decisión; y quiere poder presentarla como un puro castigo del Ejecutivo del PP, perjudicial para todos los vascos, por su negativa a aplicar los recortes en Euskadi.
Ese compromiso con el objetivo de déficit no obstará para que el lehendakari critique hoy al Gobierno también por reservarse en su totalidad el margen obtenido de Europa en ese terreno.
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