Horace Panter: “A lo mejor ahora lo único que interesa es bailar”
El bajista de The Specials y pintor analiza el momento actual de la música y del arte La banda de ska británica actúa este sábado en el festival Cruïlla Barcelona
Una de las muestras de que el Festival Cruïlla Barcelona es un canto a la pluralidad es que es capaz de atraer míticas bandas como The Specials. Se trata de un grupo de ska legendario que hace poco más de tres años se reenganchó a la carretera. Y están en la brecha: el próximo 12 de agosto participarán en un concierto en el Hyde Park de Londres, junto a New Order y Blur, para conmemorar la clausura de los Juegos Olímpicos de este año. Este sábado actúan en el Parc del Fòrum. Hablamos con Horace Panter, bajista y corazón del grupo, pero también pintor y profesor de arte. Un hombre que tiene respuesta para todo, que pide disculpas por tomar té mientras conversa, y que ofrece respuestas que son teorías.
“¿Qué como estamos ahora The Specials? Empezamos en 1979 y hoy estamos estupendos, somos una máquina del tiempo”, dice Horace Panter a la vez que suelta una fina carcajada. Y se pone rápidamente serio para lanzar un lema: “Individualmente no somos nada, es en grupo que se pueden hacer grandes cosas”.
Sea por lo que sea The Specials fue una banda abanderada del ska británico que brilló bajo el sello 2 Tone. Y sus canciones –Monkey Man, Ghost Town, Too much too Young,…- siguen gustando. “No hay mucho secreto –expone Panter-, lo que pasa es que hacemos música feliz, canciones positivas que no son explícitamente políticas”, apunta. ¿Ah no? Responde el artista: “A ver, bueno, sí que había un componente social, pero veníamos del punk, ¿sabes? Y eso era otra cosa”. Entonces, deshace el camino y retoma: “Hacíamos canciones con intención, todo tenía un punto social, éramos una banda de blancos y negros en un momento de auge racista en Reino Unido”. Panter además destaca que The Specials siempre ha tenido “el espíritu de Chuck Berry”.
¿Hay en la actualidad grupos comprometidos? “No sé muy bien qué reacción tendrían hoy las bandas con temas políticos, no las veo con fuerza”, tercia Panter. Lamenta esta situación del papel del artista y recuerda que “la música es para el cambio”.
Prefiere no opinar mucho sobre la música actual, ni pop ni rock, pero sí que dice entender que hoy en día la música de baile sea casi hegemónica en las radiofórmulas. También tiene su teoría: “La música es la banda sonora de la vida, y la gente la va adaptando según sus necesidades. Por eso a lo mejor ahora, solo interesa bailar”. Panter mantiene que las modas, las tendencias, tienen que ver con el devenir de la sociedad, la gente escucha lo que quiere.
Sobre el éxito que supuso 2 Tone en la década de los ochenta, Panter apunta que “fue un sello que estuvo en el momento preciso en el lugar preciso”. Hay que añadir que The Clash estaba en plena aventura norteamericana, que “las banda punk británicas eran horrosas” y que “había un espacio para una nueva música, los jóvenes querían otras cosas”, remacha el veterano músico. Pero no todo será la bondad del libre mercado, ¿no? “Ofrecimos la sensualidad del reggae y del ska junto a la energía del punk. Gran cóctel”, asegura Panter.
Horace Panter es sobre todo un artista. Músico sí, pero también pintor. “Estudié arte, y me gradué, en Coventry, pero con la banda visité muchos museos por todo el mundo, pero nada como llegar a Madrid y ver el Gernika, el cuadro que más me ha impresionado”, reconoce. Jerry Drammers (antiguo pianista de The Specials) también era aficionado al arte y juntos hacían sus visitas a exposiciones por todo el planeta y también encontraban tiempo para pintar. Cuando el grupo vuelve a andar Panter es profesor de arte para alumnos especiales (sobre todo autistas), y su faceta de pintor es muy importante. Hablar de arte con Panter es agradable, bueno, de hecho solo habla él. “Si me obligan a decir cuáles son mis influencias tengo que decir primero que el arte no tiene reglas, y si existen se cambian”, subraya el inglés. “Me interesa mucho la iconografía, por una parte, y me apasiona el Pop Art británico, por otra parte”, revela Panter.
¿Cómo llega a esta conclusión? “En la década de los sesenta reinaba la filosofía neoexpresionista, triunfaban artistas como Rothko, pero todo eso era muy difícil de entender para la gente”, resume Panter. En cambio con Roy Lichtenstein o Andy Warhol “todo es más real, como en música los Queen, Yes o Supertramp”. También defiende el póster como expresión artística. Su obsesión confesa es “plasmar energía con la pintura”. Es más, persigue “que la pintura sea orgánica”.
De su experiencia docente con niños autistas, Panter destaca que “no pueden leer o escribir como los demás, pero sí pueden dibujar como los demás”. Recuerda algunos alumnos muy buenos, aunque un poco obsesivos, que dibujaban a la perfección relojes, dinosauros y bañistas en la playa. “El arte es la mezcla de método y caos”, suelta Panter para despedirse. Palabras de un artista.
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