El artista y los alumnos

Un cómodo sofá invita a los visitantes de la sala Rekalde, en Bilbao, a sentarse frente a la pantalla en la que se ve la película experimental L'envol (El despegue). Es parte de la instalación El invisible, que el artista Yo-Yo Gonthier (Niamey, Níger, 1974) presenta con el material audiovisual elaborado en una residencia de dos años en el instituto de Saint-Exupéry de Rosny-sous-Bois, en la periferia de París. Allí desarrolló el proyecto de diseño y construcción, con la colaboración de los estudiantes, una máquina voladora. El dirigible logró levantar el vuelo, pero además se convirtió en una singular experiencia para el artista y los alumnos del centro. El poso que dejó en ellos sirvió para bautizar el dirigible y, después, la instalación: El invisible.

Alrededor de la pantalla se pueden ver las fotografías que documentan el proceso de creación del dirigible. La muestra se completa en el Instituto Francés (Campo Volantín, 23. Bilbao), con la proyección de la película El invisible, un experimento visual y sonoro que sitúa al espectador ante el momento en el que el artefacto se eleva en el aire.

Gonthier ocupó entre 2008 y 2010 un taller en el instituto de Rosny-sous-Bois. El artista compartió con los estudiantes su fascinación por los pioneros de la aviación y los artefactos voladores. En la actividad cotidiana del centro entraron de la mano del artista los aviones de papel, los dibujos de máquinas voladoras, globos y dirigibles para estimular la imaginación de los alumnos. En una ocasión les propuso un lanzamiento masivo de aviones de papel en el recreo: más de 500 volaron en el patio. Otra acción consistió en soltar globos con mensajes. Al final trabajaron en la construcción de dirigibles.

La exposición de Gonthier formó parte de Mapamundistas 2012, un encuentro de artes visuales que se celebró en Pamplona, bajo la coordinación de la comisaria Alexandra Baurés.