“Aquí hay alianzas inviables y eso no es civilización”
Xabier Irujo es un experto en el proceso independentista escocés. Sostiene que Euskadi aún está lejos de ese “modelo a seguir”, aunque “se están dando pasos”. Ayer participó en el II Congreso Galeusca-Historia, celebrado en el Bizkaia Aretoa de Bilbao.
Pregunta. Defiende que el caso escocés es un ejemplo de cómo manejar un proceso político de diálogo para la celebración de un referéndum sobre el futuro constitucional de una nación. ¿Por qué lo ve así?
Respuesta. Si comparamos diferentes procesos en los que se ha debatido el futuro constitucional de una nación, en la mayoría de los casos ha habido explosiones de violencia: Irlanda, Yugoslavia, URSS… Sin embargo, en Escocia y Quebec el proceso se ha llevado a cabo de forma pacífica, con un talante democrático fuera de lo común. Resumiendo mucho, la clave en Escocia han sido 300 años de praxis parlamentaria. Cuando en 1997 se origina el debate de la posible devolución a los escoceses de su Parlamento y su Gobierno, se hace mediante un diálogo político exquisito. No solo no ha habido brotes de violencia, sino que se ha producido una involucración absoluta de todas las partes. Es un modelo a seguir, independientemente de cuál vaya a ser el resultado en el referéndum de octubre 2014.
P. Ese referéndum no tendrá un carácter vinculante.
R. Legalmente, no. Pero social y políticamente, sí. El Gobierno británico va a dar los pasos para adecuar la situación política del Reino Unido a lo que se decida en ese referéndum.
“Creo en una nación vasca en el seno de Europa, sin romper lazos”
P. Por lo que comenta, el caso escocés es diferente del vasco.
R. Hay divergencias. En 300 años de historia parlamentaria del Reino Unido no ha habido rupturas. Aquí, si nos remontamos a la Revolución Francesa, vemos que de praxis democrática tenemos apenas 35 años. España ha conocido muchas constituciones y sistemas políticos. Ello explica que aquí hayamos sufrido 40 años de terrorismo y allí no. En el Reino Unido, la democracia está socializada, se entienden las posturas diferentes. Es un espejo en el que mirarnos para percatarnos de lo lejos que estamos. Se están dando pasos en esa dirección.
P. ¿Es cuestión de tiempo?
R. Sí. Se habla de una generación. Nosotros ya somos nietos de la dictadura. Necesitaremos una generación más para curar las heridas de 40 años de terrorismo. Una vez dado ese paso, estaremos en la vía de resolución del conflicto. Las reuniones entre víctimas y terroristas son una imitación de lo que ya se hizo en Sudáfrica e Irlanda. Está bien. Estamos pasando de una barbarie notoria a la civilización. Eso es bueno sea cual sea el resultado final.
P. ETA ha anunciado el cese de su violencia y la izquierda abertzale vive un nuevo impulso. Esto alimenta aún más el debate sobre la independencia.
R. Así es. Y haría un poco de espejo con Escocia. Allí ningún político se refiere a ese país como parte de Inglaterra. A nadie se le ocurre decir que los escoceses son ingleses. El debate sobre qué es España debemos superarlo. Una cosa es el Estado, la gestión, y otra cada una de sus naciones.
P. ¿Qué alianzas vislumbra en las próximas autonómicas?
R. No lo sé. Es cierto que hay opciones que son inviables y eso no es civilización. Parece algo a desechar un pacto Bildu-PSE, aunque no creo que estaríamos lejos de él si el debate político se normalizara. La opción más sólida es un bloque nacionalista. O un gobierno en minoría de uno de los dos. No sé qué le conviene más al país... Lo que le convendría sería un proceso de civilización, que las diferentes posturas se acercaran y se pudiera hablar de independencia sin rupturas.
P. ¿Cree que Euskadi será algún día independiente?
R. No soy objetivo [risas]. Vengo de una larga tradición independentista. Sí creo en una nación vasca en el seno de Europa. Eso no significa romper lazos con el resto de las naciones que nos rodean. Creo en una Unión Europea consolidada, con competencias centralizadas allí y otras, más en el terreno cultural, gestionadas por las naciones.
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