Guía para usar el nuevo billete de Metro
El título sencillo ya cuesta hasta dos euros en función de las estaciones recorridas Los tornos controlan la entrada pero no la salida
El último título para viajar en el Metro de Madrid ya ha entrado en uso. Es el billete sencillo que desde el martes tiene distinto precio en función de las estaciones recorridas. La tarifa oscila entre 1,5 y dos euros. Es el último peldaño de la subida de precios que la Comunidad de Madrid aprobó y comenzó a aplicar en mayo, la más elevada de la última década. Estas son las claves del nuevo billete.
Precio
Los usuarios del billete sencillo pagan distintas tarifas en función de las paradas que recorran dentro de la capital. Al billete sencillo de 1,50 hay que sumarle 10 céntimos más a partir de la sexta estación hasta un máximo de dos euros de 10 estaciones en adelante.
Dónde se compran
Las máquinas expendedoras de las estaciones venden ya estos nuevos tiques tras un cambio de software que ha costado 500.000 euros. El funcionamiento es similar al de los billetes de Cerc anáis de Renfe. El usuario debe marcar la estación de destino y la máquina hace el cálculo con la parada de origen.
Cómo es el perfil de usuario
El nuevo precio por recorrido se aplica solo en la zona A de Metro, equivalente a la almendra central de Madrid. El 45% de los usuarios que compran el billete sencillo recorren menos de cinco paradas, según las estimaciones obtenidas por Transportes a través de encuestas. El billete sencillo de autobús urbano se mantuvo tras la subida de mayo. En TFM y Metro Ligero Oeste (los tranvías de Pozuelo y Boadilla) subió de 1,50 a dos euros. Los billetes combinados —que permiten realizar trayectos entre la red central de Metro y las periféricas como Metrosur o Metro Este— se incrementaron dos a tres euros.
El sistema de tornos
Los tornos de las estaciones controlan la entrada, es decir, si un viajero compra el billete sencillo con un recorrido de más de cinco estaciones en Suanzes, por ejemplo, tendrá que entrar obligatoriamente por esa estación porque la máquina identifica el lugar de compra. Pero no existen tornos para controlar la salida y, según un portavoz de Metro, aún no hay fecha prevista para su puesta en marcha. Los tornos de salida se cambiarán conforme se estropeen por unos que permitan la supervisión. Los sindicatos calculan que cambiar todos los tornos supondría unos 12 millones. El cambio de billetes por la llamada tarjeta inteligente o sin contacto supone además 59 millones de euros para habilitar puntos de venta.
La inspección
Hay 100 inspectores en la plantilla de Metro. Son los encargados de pedir los billetes y vigilar que el viajero tiene el título adecuado en las más de 300 estaciones de la red. Los inspectores deben pedir los billetes que indican en qué entrada ha accedido el viajero. Deberán estimar si han salido por el lugar adecuado.
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