Duran admite que la crisis puede retrasar el pacto fiscal

 El portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, admitió ayer que el pacto fiscal pueda no aplicarse con una crisis como la actual, pero sí cree necesario un acuerdo para sentar las bases del sistema. En una entrevista con la agencia Efe, Duran no mostró ninguna duda sobre la conveniencia de una nueva fórmula de relación económica con el Estado que permita regular mejor la “solidaridad” de Cataluña, ya que España, señala, “no puede vivir sin solidaridad, pero puede morir por un exceso de solidaridad”.

“Se trata de sentar las bases, no de aplicarlas ya”, insistió el democristiano, que confía en que el Gobierno de Mariano Rajoy no rehúya ese diálogo —“deseo que el Gobierno no nos deje plantados y no lo deje hasta las calendas griegas”—- y pidió que ese proceso “no sea eterno”. El caso, dijo, es que no se repita el “vía crucis” del Estatuto, que “fue letal” y “uno de los elementos de los últimos años más negativos para España y para Cataluña”.

Con su declaración, Duran se distancia de la tesis del Gobierno de Artur Mas, quien siempre ha sostenido —y lo hizo la semana pasada en su gira por Estados Unidos— que la crisis obliga más que nunca a conquistar el pacto fiscal. En cambio, el democristiano se acerca a la estrategia del Partido Popular, que da largas al asunto con el argumento de que, sencillamente, no hay dinero. El vicesecretario de organización del PP, Carlos Floriano, dudó hace una semana de la viabilidad del pacto fiscal con este dato: dijo que la falta de recursos es tan apremiante que el Gobierno ha facilitado a la Generalitat 3.000 millones de euros para pagar 384.000 facturas.

En la entrevista, Duran reconoció que la idea no es implantar el modelo ahora, porque la Generalitat es consciente del momento económico actual, pero sí subrayó que ya quieren empezar a negociar con Rajoy después del verano. Asimismo subrayó que Cataluña es “la economía que tira del carro”, porque es la que más aporta al PIB español, y recurrió a una metáfora: “Si se ahoga la locomotora, difícilmente el tren va a poder seguir adelante”. El democristiano acabó invitando a Rajoy a afrontar el debate territorial —“hay un silencio sepulcral”, dijo— y le animó a cambiar el café para todos: “No se trataría de café para todos ni de dejar a todos sin café”, sino de buscar la “graduación” de café que cada uno necesita.