Una bilbainada de romanos

Todo empezó el pasado enero con la visita de una cuadrilla de amigos al teatro romano de Clunia, una construcción del siglo VII d.C. sito en Peñalba de Castro (Burgos). El lugar les inspiró tanto que decidieron volver, disfrazados de romanos, para hacer una performance de cinco minutos. Pero la "gamberrada" se convirtió en una obra de teatro de hora y media que se estrena allí este sábado. Clunia, Roma, esa es la cuestión está interpretada por este grupo de 31 amigos de entre 40 y 50 años que no se han subido a un escenario desde el colegio. La ha escrito y dirigido Jesús Ibarra (Barakaldo, 1958), comercial y aficionado a la Historia.

“Me pareció una joya desconocida y me puse a documentarme”, cuenta Ibarra. Así descubrió, no solo que el teatro de Clunia fue en su momento el más grande de la Península Ibérica sino que durante unos días la ciudad de Clunia llegó a erigirse en el centro político del Imperio Romano. “Cuando cayó Nerón [68 d.c.] , el gobernador de la Hispania Tarraconense, Servio Sulpicio Galba, fue nombrado sucesor para ir a Roma”, relata Ibarra. “La obra se sitúa en esos días en que Galba estuvo en Clunia dudando si ir o no”. Su fuente ha sido el historiador Suetonio, quien narra que al final Galba fue a Roma, escoltado, entre otras tropas, por un millar de vascones. “Aquello fue el dato definitivo para animarnos a hacer la bilbainada”, bromea. “En un mes, tenía escrito el libreto y habíamos conseguido el permiso necesario”, añade.

Un comercial aficionado a la Historia ha escrito y dirigido el montaje

La documentación que obtuvieron en Internet fue exhaustiva, pero pese a que la historia se basa en esos datos, el resultado es una comedia esperpéntica que narra los días previos a ese viaje a Roma. “El guion ha sido muy abierto. Hasta hace dos semanas cada uno se ha ido puliendo su propio personaje y ahí está la magia, pues 31 sumados han resultado ser bastantes más que 31”, apunta Ibarra.

Por la obra desfilan vírgenes vestales, legionarios, dioses, filósofos, druidas y por supuesto, vascones. Uno de ellos quiere ir a Roma a ligar y a jugar al mus. Otro se pelea con un legionario que tiene la teoría de que los vascones descienden de las relaciones entre el dios Vulcano y una oveja latxa. No faltan guiños a Bilbao ni piezas musicales adaptadas. La ficción que llevan tres meses ensayando en bares o txokos de amigos cobrará vida este sábado (17.30), sobre el teatro de Clunia. Hasta allí se desplazarán 80 amigos de los que 30 actuarán y 50 mirarán. Para quienes estén visitando el yacimiento arqueológico la función será gratuita.

No faltan en la obra guiños a Bilbao ni piezas musicales adaptadas

Ibarra reconoce que los improvisados actores “están muertos de miedo”, pero nadie se va a echar atrás. “Ninguno llega ni a la categoría de amateur, pero esto es una forma de crecer”. Eso sí, les tiene prohibido hablar sobre el tiempo. “No hay otra opción”, concluye Ibarra, convencido: “Hay que pensar que va a hacer un sol radiante porque tenemos cuatro dioses en la obra y se van a encargar de ello”.