Cataluña fue la comunidad con más homicidios en los últimos cinco años
La diferencia con otras autonomías es mínima y los expertos lo atribuyen al azar La mayor parte de las muertes violentas son fruto de impulsos y disputas entre personas
Un hombre mató a su mujer el pasado 8 de junio en L’Hospitalet. Está encarcelado, acusada de tirarla desde la planta duodécima del piso en el que vivían. Con ella, son nueve las víctimas de violencia machista en Cataluña en lo que va de año. Casi las mismas que fallecieron en todo 2011 (10). La acumulación de muertes violentas en un periodo de tiempo corto despierta intermitente la alarma ante el temor de que la crisis conlleve un aumento de la violencia. Cataluña, en los últimos cinco años, ha sufrido 397 homicidios, según cifras del Ministerio de Interior. Es la comunidad autónoma en números absolutos con más homicidios en España. También en relativos: la tasa por 100.000 habitantes (1,05) está ligeramente por encima de Madrid (0,84), Andalucía (0,9) y Valencia (0,97).
Los expertos restan importancia a la diferencia, que supone apenas unas décimas, y lo atribuyen a la casualidad. “Siempre hay más crímenes lógicamente en zonas urbanas, que rurales”, explica Josep Cid, coordinador de estudios de criminología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Vicente Garrido, criminólogo profesor de la Universidad de Valencia, sostiene que se cometen más crímenes en los “lugares de paso, con mucho turismo y costa y zonas de ocio nocturno donde se pueda consumir alcohol”.
La mayor parte de las muertes violentas con las que lidian los Mossos son fruto de impulsos, disputas y conflictos entre personas. “Las muertes relacionadas con el crimen organizado no son relevantes”, explica el jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal, el comisario Josep Lluís Trapero, que apunta también a que la forma de elaborar las estadísticas de Mossos no tienen por qué coincidir con la que usan el resto de cuerpos policiales. “Unos huesos que se encuentran, con un mínimo indicio de criminalidad, cuentan como un homicidio. Una denuncia por desaparición forzada, por ejemplo, aunque no encontremos el cuerpo, también”, apunta.
Cataluña ha sufrido 397 homicidios en los últimos cinco años
Las acumulaciones de crímenes en un periodo breve de tiempo “son fluctuaciones azarosas”, según Garrido. “En realidad, es un fenómeno de regresión a la media, los periodos que se usan para estudiarlo son convenciones sociales”, ahonda Íñigo Ortiz de Urbina, profesor de Derecho Penal y Criminología en la Universidad Pompeu Fabra. “Con los datos que hay hasta ahora, no se puede hablar de un incremento sostenido. No es significativo. Puede ser fruto de la casualidad”, insiste el comisario Trapero. “No somos una sociedad violenta, pero una parte de la sociedad gestiona mal el conflicto”, añade, y admite que a veces se usan bates de béisbol y otras armas similares en este tipo de enfrentamientos. “Que te rompan una botella en la cabeza, puede ser un chichoncito o puedes acabar muriendo”, incide Ortiz de Urbina. Pero son cuestiones complicadas de prever y prevenir: casuales.
“Es muy difícil atajarlo, se trata de una tasa natural del homicidio, endémica”, opina el profesor Ortiz de Urbina. “Estamos en unos niveles tan reducidos que raramente disminuirán más”, coincide Óscar Jaime, profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Pública de Navarra y exdirector del Instituto de Estudios de la Policía. En su opinión, precisamente esos niveles tan bajos han hecho que las autoridades hayan prestado “poca atención” a la investigación de todo aquello que envuelve a las muertes violentas, a excepción de los casos de crímenes machistas.
España (0,96) es uno de los países de la Unión Europea con la menor tasa de homicidios por 100.000 habitantes, por detrás de Austria (0,54), Eslovenia (0,79) y Alemania (0,89), según las últimas cifras disponibles de Eurostat. El porqué es difícil de saber. “El criminólogo belga Quetelet decía que las sociedades que pasan periodos prolongados en sus casas son más propensas a los homicidios. Nosotros salimos bastante”, aventura Ortiz de Urbina. En cualquier caso, la tendencia sigue a la baja. “Somos más civilizados y nos importa más vivir”, añade.
A pesar de eso, sí hay cuestiones por mejorar, en opinión de Gemma Galdón, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y experta en políticas de seguridad. “Se trabajan muy poco las causas reales de la inseguridad y se opta por medidas teatrales. Poner más policías en la calle tiene un efecto cosmético, pero te quita efectivos de inteligencia” critica.
España es uno de los países de la Unión Europea con la menor tasa de homicidios por 100.000 habitantes
Los Mossos han creado una unidad específica para incidir en casos no resueltos. “Es el margen de mejora que tenemos”, dice Trapero (Los Mossos resuelven el 87% de los crímenes). Ortiz de Urbina opina también que en investigación poco más se puede hacer. “También porque siempre hay más recursos para encontrar, por ejemplo, a una persona en un vertedero que para dar con el autor de ocho violaciones”, matiza.
Jaime considera que hay camino por recorrer en el ámbito del análisis de las muertes violentas. “Profundizar en los datos, desglosar con mayor detalle las características de los homicidios que se cometen. Ahora no manejamos una información claramente definida. Incluso intentar establecer regularidades, ver qué características sociodemográficas tienen los crímenes”, propone. Cid apuesta por políticas “prematuras” que incidan en el origen: “Programas de ayuda a las familias por métodos parentales, incidir en personas con factores de riesgo, como ser impulsivo, pertenecer a familias con problemas estructurales o problemas de renta, vivir en barrios con delincuencia, etcétera”.
“Avanzamos hacia una sociedad más segura sin ninguna duda”, sostiene Jaime. Los efectos de la crisis, si llegan, serán cuando la “situación esté muy deteriorada”. A su entender, antes de que crezca el número de homicidios, crecerán otros tipos de delitos, como las lesiones, algo que ya pasó el año pasado en Cataluña (el 5% más). Galdón es más agorera: “Un recorte de servicios básicos, una desarticulación social, puede llevar a un aumento de la violencia por falta de cohesión”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.