Legazpi, la plaza abandonada
Las obras del intercambiador y la remodelación del mercado están paralizadas desde 2008 Lissavetzky visita la antigua plaza de abastos del barrio para denunciar su abandono El caballo momificado lleva años cubierto por lonas dándole a la zona un aspecto de dejadez
Una plaza inhóspita reina en el epicentro del barrio madrileño de Legazpi. Abandonada y sucia, descansa en un letargo que ya dura más de cuatro años. Los proyectos que se presentaron para remozarla están paralizados y no tienen fecha de reanudación. ¿La razón? Falta de presupuesto. No habrá, de momento, intercambiador de transporte público ni tampoco reforma alguna en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras, lo que condena a la plaza a la más absoluta desolación. Para colmo, la rotonda está coronada desde hace años por un Pegaso empapelado con una lona de plástico gris, lo que hace que se conozca a la zona como la plaza de la Momia.
Juan José Fuentetaja, presidente de la Asociación de Vecinos Nudo Sur, espera a la salida del metro que lleva el nombre del barrio. Observa la plaza y el ir y venir de los peatones que esperan pacientemente a que uno de los semáforos les de prioridad. Verde. Todos se apresuran a cruzar en los escasos 20 segundos que dura la señal en esa intersección. Del otro lado llega Anita, una vecina del barrio “de toda la vida”, como se apresura a decir. “Esto es increíble”, dice a modo de saludo. “¿Has visto como está la plaza?”. Mientras caminan hacia un café cercano, critican el abandono sistemático. “Ya ves como está”, dice Fuentetaja, mientras señala hacia la esquina donde está el antiguo Mercado. “Desde que lo trasladaron a Mercamadrid, en el año 2000, estamos esperando una remodelación”, asegura.
Un mercado en desuso
El espacio, de 24.000 metros cuadrados diseñado en 1935 por Francisco Javier Ferrero Llusiá, ya debería estar dando techo a las oficinas de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento, previstas para 2010. Sin embargo, el edificio triangular sigue en las mismas condiciones que cuando se adjudicó el concurso al estudio de arquitectura Pesquera Ulargui. El valor de la obra, según el proyecto colgado en su página web, era de 78.456.832 euros. “No sabemos cuándo se comenzarán los trabajos”, aseguran desde el estudio. “Nosotros entregamos el proyecto y nos lo pagaron. Entendemos que cuando se reanude nos avisarán”. Pero los trabajos no comenzarán y las oficinas de Urbanismo no serán reubicadas en el edificio.
La alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, decidió trasladar a cerca de un millar de funcionarios del sector al edificio APOT (en el Campo de las Naciones). Tras recorrer esta mañana las instalaciones vacías, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha denunciado que el Consistorio prevé vender APOT por 30 o 35 millones de euros y alquilarla después para reubicar la Gerencia de Urbanismo por unos 42 millones. El portavoz socialista ha recordado hoy que "Alberto Ruiz-Gallardón dijo cuando todavía era alcalde que la remodelación de este inmueble [en Legazpi] sería un icono del nuevo Madrid. Parece que para él y para Botella esto significa la parálisis de proyectos, sirva de ejemplo este antiguo edificio".
Lissavetzky ha propuesto trasladar al mercado a los funcionarios de Urbanismo y frenar la venta de APOT. "Las oficinas están habitables. Como diría Serrat, con 'un manita de pintura'... Se podría utilizar", ha declarado, para admitir que lo interesante sería hacer una reforma completa. "Ana Botella tiene la filosofía de pan para hoy, hambre para mañana. Es cortoplacista, no ve mas allá, más lejos. Yo propongo, además, ubicar aquí un centro ligado a la innovación. No solo quedarnos en el traslado de funcionarios", asegura Lissavetzky. Los vecinos preferirían, sin embargo, dedicarlo a ampliar los equipamientos del barrio, por ejemplo una casa de la juventud. El Ayuntamiento admite que todavía no saben qué hará. "Esta visita es, sobre todo, un lamento. Arganzuela es el centro de Madrid y este edificio está aquí sin uso y vacío", ha dicho Lissavetzky sobre el abandono del edificio, que es solo uno de los frentes abiertos en la restructuración que pide el barrio desde hace años.
A la espera del intercambiador
El vecindario tampoco podrá disfrutar del distribuidor de transportes de Legazpi, presentado a mitad de 2009 y previsto para 2011. “La anterior concejal del distrito, Dolores Navarro (hoy delegada de Familia y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Madrid), y el arquitecto que lo diseñó, Javier Aldecoa, presentaron el plan en el barrio”, recuerda Fuentetaja. “Vecinos y asociaciones nos acercamos e incluso hubo turno de preguntas para solucionar dudas”, prosigue. “Ahora, cuando preguntamos, nos dan largas. Es como si hubiésemos soñado que iban a reconstruir la zona”, se lamenta Anita con la vista fija en la plaza. La licitación se iba a hacer en junio de 2009 pero, según fuentes de la Consejería madrileña de Transportes, no se sacó a concurso por la crisis. “La convocatoria se quedaría desierta y preferimos esperar a que mejorara la situación económica”, han asegurado desde la consejería.
El intercambiador, junto al depósito de agua de Matadero Madrid, iba a dar servicio a 250.000 usuarios diarios y a combinar las líneas 3 y 6 de metro, además de 26 líneas de autobuses, según el acta que la AAVV Nudo Sur publica en su web. Tendría dos niveles subterráneos, uno para la zona de embarque de autobuses y otro para aparcamiento, y la superficie sería peatonal. “Este proyecto iba a liberar mucho tráfico de la plaza”, explica Fuentetaja.
La momia
La guinda del pastel en la plaza de Legazpi es el gran caballo alado que espera en el centro de la rotonda a ser rescatado. Está forrado de lonas de plástico grises de arriba abajo desde 2005 y dentro se esconde una de las figuras que formaban parte del conjunto escultórico creado por Agustín Querol en 1905 para coronar la actual sede del Ministerio de Agricultura. La obra completa, compuesta por La Gloria y dos caballos alados, se sustituyó por una copia más ligera de bronce por miedo a que el peso del mármol cediera y cayera sobre los viandantes. El destino de La Gloria fue la glorieta de Cádiz y los pegasos se ubicaron en Legazpi.
En 2005, las obras de soterramiento de la M-30 dañaron a uno de los caballos y el Ayuntamiento tuvo que trasladarlo a la Escuela Taller de la calle Áncora, donde sigue siete años después todavía sin restaurar. Desde el Ayuntamiento informan de que la concejal del distrito de Arganzuela, Carmen Rodríguez, ha trasladado al área de Medio Ambiente, Seguridad y Movilidad la petición de desenvolver al caballo y recuperar a su pareja. "Hace falta dinero para el traslado y la restauración de los Pegasos y ahora mismo no hay presupuesto para hacerlo", han explicado fuentes municipales.
“El caballo es lo de menos”, asegura Fuentetaja. “Nosotros queremos que, de momento, nos adecenten la plaza. Que quiten también este Pegaso y lo arreglen. Tiene la cola rota, pero no se ve con las lonas”, asegura. Sin embargo, desde la Administración municipal les han explicado que hasta que no pongan en marcha el proyecto de remodelación integral nada se puede hacer. Solo esperar a que pase la crisis y a que, pronto, haya dinero para reanudar este proyecto de reestructuración ya histórico en el vecindario.
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