Infraestructuras clave y sociedad de la información
Centenares de proyectos se han beneficiado de los fondos de Bruselas
El importe de las ayudas recibidas por Euskadi lo largo de los cuatro periodos en que se han concedido —1986-93, 1994-99, 2000-06 y 2007-13— ascienden a algo más de 4.100 millones de euros (contando el próximo ejercicio), según la consejería de Economía. De ellos, 3.300 millones se han destinado a ayudar en los procesos de recuperación económica a través de la reconversión y reindustrialización productiva, y 800 millones más. a ayudas directas al sector agrario. Son cantidades directas sin considerar los retornos derivados de otras fuentes de financiación comunitaria, en particular las que han ido a parar a I+D+i. “El retorno, si fuera cuantificable, superaría con mucho las cantidades aportadas”, indica un experto en asuntos europeos.
“El fondo Feder ha sido y es, sin duda, el mecanismo que mayor financiación aporta” al destinarse a numerosos programas de intervención estructural, tanto de concepción regional como de iniciativa comunitaria, cita el informe de Economía y Hacienda. Le sigue en importancia el Fondo Social Europeo. El Fondo de Cohesión, aunque testimonial, también ha colaborado en el apoyo de las finanzas comunitarias para el desarrollo de infraestructuras de comunicaciones y la mejora medioambiental.
1986-1993
En términos de ayuda estructural, los primeros 20 años arrojan una media anual de 140 millones de euros, con un pico máximo, a finales del pasado siglo, de 230 millones. Los proyectos más significativos apoyados con el primer tramo de las ayudas regionales comunitarias (hasta 1993) fueron el gasoducto Tolosa-Rentería, que suponía la apuesta energética por el gas natural, los proyectos constructivos de la Línea 1 del metro de Bilbao y el polígono de Abanto-Zierbena. Todavía no se había dado el salto que registraron las ayudas europeas con la reforma de Jacques Delors, que multiplicó por seis el porcentaje del presupuesto comunitario que se destinó a fondos de cohesión, estructurales y sociales —del 5% al 30%—. Pese a todo, con esos fondos se amplió la antigua Feria de Muestras bilbaína.
En esa primera fase se crearon las Sociedades de Capital-Riesgo y las de Garantía Recíproca, y se construyó el Parque Tecnológico de Zamudio, la primera infraestructura de alta tecnología de Euskadi. Más de 200 empresas se beneficiaron de partidas destinadas a la puesta en marcha de proyectos de mejora tecnológica en sus procesos o en sus productos, además de cursos que recibieron más de 70.000 personas.
1994-1999
Entre 1994 y 1999, se profundizó en la estrategia diseñada por el Gobierno en el primer periodo, para resolver los problemas económicos y de declive productivo, y consolidar el proceso de revitalización económica. El objetivo era recuperar la competitividad de la economía vasca.
Parte de los fondos europeos se destinaron a la ampliación de la planta de Mercedes en Vitoria, y a transformar el antiguo complejo siderúrgico de Altos Hornos de Vizcaya, que permitió utilizar parte de los terrenos recuperados para la ubicación de la nueva acería. Se pusieron en marcha cerca de 250 proyectos de investigación de carácter genérico, se amplió el Puerto de Bilbao, y se acometió el proyecto de la depuradora de Galindo, que formaba parte de una acción global de saneamiento de la ría del Nervión.
La iniciativa Urban se centró en la renovación del área de Galindo, en Barakaldo, uno de los municipios de la Margen Izquierda más afectado por la crisis del sector siderúrgico. El objetivo era la regeneración urbana y medioambiental de ese área altamente degradada.
El recinto ferial Ficoba, en Irún, y el Palacio Euskalduna de Bilbao fueron otras dos de las actuaciones más emblemáticas apoyadas por Bruselas durante este periodo.
2000-2006
En el tercer periodo las ayudas del fondo Feder para el proceso de reconversión y reindustrialización vasca representaron cerca del 50% de todas las ayudas. La Línea 2 de Metro Bilbao fue una de las principales obras de ese periodo. Junto a ello se continuó con las ayudas de carácter estratégico a empresas de gran tamaño y tractoras de mucha industria auxiliar como ITP, otra vez Mercedes y Fuselajes Aeronáuticos.
Buena parte del dinero destinado a la investigación se dirigió a la financiación de las infraestructuras de los centros tecnológicos o de investigación, como la Fundación Azti, Robotiker o Tekniker.
Bilbao Ría 2000 recibió una nueva inyección para la mejora de los sistemas de transporte público y ordenación urbana del área metropolitana de la capital vizcaína, como el proyecto constructivo de la Variante Sur o la ampliación del tranvía de Bilbao desde San Mames hasta Basurto. En este periodo se acometió además la urbanización de avenida Abandoibarra, o la recuperación de la ribera del río Galindo en Barakaldo.
En Gipuzkoa se le dio un impulso enorme a la red de bidegorris, además de a la creación de áreas peatonales, plazas, parques, paseos, y a la mejora de equipamientos urbanos. Se restauró la Basílica de Loyola, el convento de Santa Teresa o las iglesias de Urnieta, Hondarribia y Tolosa. En Álava se acometió la construcción del Museo Artium y la rehabilitación integral de la Catedral de Santa Maria de Vitoria.
En el año 2002, la Comisión Europea puso en marcha el denominado Programa Regional de Acciones Innovadoras (PRAI). El mejor ejemplo de su aplicación en Euskadi fue la puesta en marcha del centro de investigación Biogune, y que junto con el Biomagune dieron origen a la red de Centros de Investigación Cooperativa (CIC) que conforman la biorregión vasca.
2007-2013
Los fondos que llegan a Euskadi se reducen en este periodo porque la comunidad autónoma ha crecido sustancialmente —además del efecto de las ampliaciones de la UE—. En este periodo compite con Cataluña y Madrid por programas más avanzados de I+D que mejoren la competitividad y la productividad de la comunidad autónoma.
En esta fase las ayudas del fondo Feder se destinan, por ejemplo, a la planificación de la futura Línea 3 del metro o la construcción del Automotive Intelligence Center de Amorebieta. También se destinan fondos para mejorar la conservación del patrimonio, en concreto en el área de la Catedral de Santa María de Vitoria, y al embrión de la escuela de Nuevas Tecnologías en la Construcción.
Partidas de los fondos agrícolas de desarrollo rural sirven para la modernización de la red wifi rural de proximidad.
Se han puesto también en marcha en esta época el proyecto Dinamiza Tic, para potenciar la inclusión de los territorios rurales en la sociedad de la información, además del simulador forestal con tecnología en 3-D, el polígono de empresas agroalimentarias en Zaldibia o la apertura de escuelas infantiles en zonas rurales como Errezil y Beizama, entre otros. Las subvenciones al sector primario han servido igualmente para montar el Centro de Cría y Mejora Genética para el aceite vasco (Eusko Oilo), o la puesta en marcha del centro multiusos de Elvillar.
También se han dedicado partidas a mejoras de evaluación técnica y de desarrollo para avanzar en acuicultura y pesca.
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