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Investigadores del Louvre trabajan en el Real Alcázar analizando azulejos y frescos

Los expertos obtienen información de los materiales sin tomar muestras Los resultados facilitarán las futuras conservaciones e intervenciones

Equipo de rayos X analizando los azulejos del Alcázar de Sevilla.
Equipo de rayos X analizando los azulejos del Alcázar de Sevilla.GARCÍA CORDERO

Un equipo de investigación del laboratorio del Museo del Louvre, de París, se ha desplazado por una semana al Real Alcázar de Sevilla para estudiar in situ y con medidas analíticas no invasivas los azulejos, los frescos y las yeserías del palacio. Los métodos que utilizan los expertos permitirán conocer el estado de este patrimonio para facilitar el trabajo en las futuras conservaciones e intervenciones.

El proyecto Charisma, de la Unión Europea, ofrece un acceso gratuito de la instrumentación científica más avanzada para que investigadores, restauradores y conservadores realicen análisis al patrimonio mundial y las obras de arte. El Alcázar de Sevilla se presentó a este programa el año pasado y fue seleccionado. Al igual que el palacio real sevillano, un cuadro de Van Gogh en Amsterdam y unos manuscritos de Cambridge están siendo analizados con los mismos métodos.

“Trabajar in situ con estas técnicas es muy importante porque no se pueden trasladar monumentos e, incluso, algunas pinturas a un laboratorio”, explicó este martes Jacques Castaing, investigador del Museo del Louvre. El trabajo de campo lo realizan cuatro personas que analizan yesos, frescos y azulejos de los palacios Gótico y Mudéjar, del patio del Yeso y del Cenador de la Alcoba mediante dos aparatos de última tecnología.

Los instrumentos se sirven de rayos X, por lo que no es necesario la obtención de muestras. “La información que recibimos es de la composición química y mineralógica de los materiales de las obras”, aclara Castaing. El tiempo de estudio de una medida es de 10 minutos, por lo que al día se toman unas 50. Aunque para conocer los resultados habrá que esperar varios meses hasta que se analicen.

En los escudos de Castilla y León que hay en el patio de las Doncellas se ha encontrado un compuesto de cromato de plomo. “Este elemento aparece en el mundo sobre 1800, lo que nos indica que aquí ha habido una intervención posterior, porque hasta mediados del siglo XIX no aparece el cromato, que se utilizaba para hacer oro falso”, explica José Luis Pérez profesor de investigación del CSIF. “La información nos sirve para la restauración y sobre todo para la conservación, así vemos como se puede intentar que perduren el máximo tiempo posible”, añade Pérez.

La semana que viene probablemente irán a la Alhambra para estudiar su pintura.

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