El PSE quiere una única política fiscal vasca que defina el Parlamento
La Cámara aborda hoy el primer debate sobre fiscalidad en sus 32 años de vida
El PSE quiere que el Parlamento cobre un papel esencial en la definición de las líneas generales de la política fiscal vasca y que ésta sea unitaria para los tres territorios. Como impulsor del debate de hoy, descarta una subida generalizada de impuestos que afecte al grueso de los contribuyentes y sí abogará, en cambio, por acercar la tributación de las rentas de capital a la de las del trabajo. Además, busca recuperar puntos de presión fiscal, ya que la vasca está “seis o siete puntos por debajo de la media europea”, indicó a EL PAÍS su portavoz, José Antonio Pastor.
El PSE planteará diferenciar a las pymes en el impuesto de sociedades y discriminar también el trato a los beneficios, en función de su destino; bonificaciones para quien los reinvierta, los dedique a I+D+i o a crear empleo y penalización para quienes no. El plan de inspección conjunto para luchar contra el fraude estará también entre sus propuestas de resolución.
El PNV y el PP son reticentes ante una cita muy buscada por los socialistas
Por insólito que pueda parecer, el Parlamento vasco no ha realizado nunca, en sus 32 años de vida, un debate sobre la fiscalidad como el que aborda hoy de forma monográfica. Y aunque éste haya encontrado grandes resistencias para materializarse, como demuestra que el PP y PNV articularan por dos veces una mayoría de bloqueo a su celebración. Con ella abortaron, la última vez el otoño pasado, desde la propia Mesa de la Cámara, dos intentos del Gobierno.
No deja de resultar paradójico que un foro que con frecuencia insta a actuaciones de todo tipo a instituciones ajenas a su control, como el Gobierno central, o la misma UE, o realiza declaraciones sobre cuestiones bien lejanas a las competencias vascas, se quiera inhibir o marginar él mismo en una cuestión tan central como la fiscalidad de la comunidad cuya voluntad popular encarna.
Bloqueos PNV-PP
- El PNV y el PP han unido fuerzas al menos cinco veces durante esta legislatura para impedir en la Cámara debates y pronunciamientos sobre fiscalidad.
- Desde la Mesa de la Cámara bloquearon dos intentos del Gobierno, en 2010 y 2011, de trasladar el debate tributario al Parlamento a través de la fórmula más oportuna.
- Tumbaron también la creación de una Comisión de Estudio y Análisis de Fiscalidad, que el PSE propuso abrir a diputaciones y ayuntamientos, para debatir sobre modelos tributarios.
- Juntos han derrotado igualmente sendas proposiciones no de ley del PSE y Ezker Anitza para instar a un plan conjunto de inspección y lucha contra el fraude y a la interconexión en tiempo real de las bases de datos de las tres Haciendas.
Más incomprensible aún lo parece en un momento en que la crisis mantiene abierto en canal, y en el centro de la preocupación social, las consecuencias tan negativas para los servicios públicos esenciales que están teniendo la merma de la recaudación y los límites a la deuda y las exigencias sobre el déficit.
Así las cosas, la propia celebración del debate monográfico, independientemente del resultado que arroje en términos de propuestas de resolución y acuerdos o desacuerdos, es ya un acontecimiento en sí misma.
El PNV y el PP han avanzado que no creen de entrada en su utilidad, pero PSE-EE, como partido del Gobierno, y este último, que tendrá su propia intervención, creen aún que, por haber, hay un “territorio extenso en el que puede haber acuerdos” en palabras recientes del portavoz socialista, José Antonio Pastor. Y eso tanto con su exsocio, como con el primer partido de la oposición. De hecho, hace tres semanas, después de tres años de rechazo a la reclamación del Gobierno, el PNV se mostró abierto a pactar una reforma fiscal que mejore la recaudación. El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, apuntó también hace poco a una subida impositiva para fin de año. La lectura inmediata es que los peneuvistas se preparan el camino para una eventual vuelta al poder y quieren asegurarse los recursos que han estado negando al Gobierno socialista estos años. Sin embargo, no será hasta hoy mismo cuando se despejen las incógnitas, porque los grupos acuden al pleno a ciegas respecto de las intenciones de los demás. Ni han cruzado papeles ni apenas palabra, más allá de acordar la mecánica del pleno. Sin un documento base de la discusión previamente conocido, como sí ocurre con los debates de planes y programas, ni ningún tanteo del talante con que acude cada cual, “habrá que esperar a la propuesta de Pastor”, señaló Gatzagaetxebarria ayer a este periódico, para que los demás terminen de perfilar sus respuestas y de cerrar propuestas de resolución. Las del PNV, que el parlamentario completaba ayer y no cerrará del todo hasta hoy, estarán “entre media docena y diez”, indicó.
Gatzagaetxebarria es escéptico: “Por mucho que se hable en la Cámara, las decisiones requieren del análisis de los tres diputados forales de Hacienda y del consejero de Economía. Ése es el foro”, indicó. “Parece difícil”, adelantó, que el Parlamento acuerde “en media hora” esas “las líneas de acción” de país que los socialistas quieren que partan del Parlamento, aunque luego se concreten en las Juntas Generales y las ejecuten las Haciendas forales. Algo perfectamente viable, a juicio del PSE.
Unas 50 propuestas de resolución
El pleno monográfico sobre fiscalidad ocupará toda la jornada. La mecánica establecida prevé una primera intervención, de media hora para cada grupo, que el Mixto repartirá en tres bloques de diez minutos para cada uno de sus tres parlamentarios.
José Antonio Pastor por el PSE-EE, como grupo proponente de la iniciativa, abrirá el pleno. Los portavoces del PNV y del PP serán Ricardo Gatzagaetxebarria y Antón Damborenea, respectivamente. Tras esa primera ronda de intervenciones, que durará dos horas y media si todos agotan el turno, será el turno del Gobierno.
El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, no tendrá límite para su exposición, pero su previsión es adaptarse más o menos a la misma media hora de los grupos, según dijeron ayer fuentes socialistas. Las líneas generales, aunque con los datos actualizados a la última hora, serán las establecidas en el discurso que ha ido asentando el lehendakari, Patxi López. Tras las réplicas, de 10 minutos por grupo, la presidencia interrumpirá la sesión dos horas, durante las que los grupos pulsarán las posibilidades de consensuar resoluciones. Las propuestas del PSE-EE rondarán la treintena, mientras el PNV se moverá entre seis y diez, según indicó Gatzagaetxebarria a EL PAÍS.
Si a las propuestas previstas se añaden las del PP, —que a priori no llevará hoy preparada ninguna, por no tener un documento del que partir, según dijeron fuentes del grupo, pero tampoco descarta redactarlas hoy— y las de los grupos minoritarios, es prácticamente seguro que en total superen el medio centenar. Tras el receso para el intercambio entre los grupos habrá una segunda ronda de media hora para defenderlas, y otro de 10 para réplicas, antes de pasar a las votaciones, previsiblemente numerosas.
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