La plantilla de Metro Bilbao ratifica el acuerdo y cierra el conflicto
La asamblea de trabajadores de Metro Bilbao ratificó ayer con un 87% de votos a favor el acuerdo al que habían llegado el lunes los sindicatos y la dirección para devolver la paz al suburbano tras un año de conflicto laboral. “Estamos muy satisfechos”, señaló a EL PAÍS un miembro del comité de empresa por LAB. La asamblea se celebró en dos turnos, uno de mañana y otro de tarde, “para que pudiese acudir toda la plantilla”, señalo la misma fuente. Las centrales ofrecerán hoy una rueda de prensa en la que valorarán los términos del acuerdo.
El regreso a la normalidad ha sido posible tras ocho maratonianas reuniones celebradas a instancias del Consejo de Relaciones Laborales (CRL). Los siete primeros cónclaves sirvieron para acercar las posturas en los cinco puntos problemáticos que habían desencadenado la polémica. Una vez logrado lo más difícil, miembros del propio CRL se encargaron de redactar un pre-acuerdo que las partes sometieron a “profundo estudio” durante varios días.
Tras introducir “los matices” que consideraron oportunos, dirección y sindicatos aprobaron el documento el lunes a última hora. Solo faltaba la ratificación por parte de los trabajadores, que llegó ayer con un 87% de votos a favor.
29 paros parciales
El conflicto del suburbano arrancó el 25 de mayo de 2011 y desde entonces los ciudadanos han sufrido 29 días de paros parciales —el último de ellos el 26 de abril— y uno de 24 horas, el pasado Santo Tomás, el día del año que el suburbano transporta más viajeros, unos 350.000.
La polémica se ha centrado en cinco cuestiones: la ampliación de la plantilla, la restructuración de los talleres, el servicio de Nochebuena, los turnos de conducción y la guardia legal de algunos puestos. La ampliación de la plantilla se resolvió en los tribunales tras una demanda de conflicto laboral interpuesta por la compañía. Un juez resolvió dar la razón a las dos partes.
Metro Bilbao se ha gastado cerca de 8.000 euros en cada una de las jornadas de huelga celebradas a partir del 1 de enero para abonar en torno a 136.000 billetes a los usuarios perjudicados. La dirección adoptó esta medida “para compensar” a la ciudadanía. El conflicto se enrareció cuando la dirección decidió en diciembre congelar los sueldos de sus 740 empleados por su condición de funcionarios públicos.
