Mario Fernández atribuye la crisis a la “nula credibilidad” de España

El problema no es del sistema financiero, sino de credibilidad de la propia marca España, del propio país. Con rotundidad, el presidente de Kutxabank, Mario Fernández, se mostró ayer enormemente crítico con las sucesivas políticas económicas del Gobierno central y la escasa relevancia que está teniendo la actuación del Banco Central Europeo (BCE) para evitar los ataques de los mercados.

“El problema es la desconfianza en España y mientras el BCE no diga explícitamente ‘soporto la deuda española’ no hay nada que hacer”, enfatizó Fernández en la cita empresarial celebrada en Bilbao con motivo de la asamblea general de la patronal vizcaína Cebek.

Su mensaje llegó cuando arrecia el ataque de los mercados contra España, poco después que la prima de riesgo de la deuda soberana, es decir, el sobreprecio que exigen los inversores por comprar la deuda de España frente a la alemana, llegara a un máximo histórico de 507 puntos. Ello, ligado a la política de austeridad como única receta para salir de la crisis impuestas por Alemania y aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy“conduce al precipicio”.

“El mapa obliga a buscar alianzas estables sin pérdida de arraigo”

El ex ministro de Economía Carlos Solchaga, quien asistió también a la jornada, le secundó en esa tesis al recordar que hasta ahora se pensaba que “por encima de un diferencial de 200 puntos no se podía respirar”. España lleva los últimos meses por encima de los 400. “Y pasa por encima de los 500 cuando por menos de eso ha habido países intervenidos”, añadió. Los mecanismos de la UE para rescatar a Grecia entraron en funcionamiento a partir de los 500 puntos, con Portugal se activaron en los 517 y con Irlanda cuando pasó de los 544. “Es España la que no tiene credibilidad”, insistió Mario Fernández “y mientras no se produzca un respaldo explícito y un soporte definitivo a la deuda de España” con un cambio en la política del BCE, “las vamos a pasar canutas”.

De hecho, previó que se va a producir de facto una intervención a la economía española, aunque indirectamente, a través de las ayudas que van a recibir los bancos por sus problemas y deficiencias de capital. “Es una suerte de intervención de España, en la medida en que es una intervención en el sector financiero español”, apuntó.

La reforma del sistema financiero aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros obliga a las entidades a una recapitalización que va a poner en dificultades a muchas de ellas. Kutxabak debe provisionar 855 millones extras pese a tener un ratio de core capital —el de mayor calidad— del 11% a 1 de enero pasado.

Fernández reconoció que el nuevo mapa sectorial que se dibuja obligará al banco vasco a buscar “alianzas estables” que no impliquen “pérdida de arraigo”, como una manera de crecer y ganar músculo financiero ante un futuro que cambia cada viernes a golpe de decreto. “El futuro ha de ser de alianzas y fusiones”, concluyó.

Y contrapuso la foto de una economía vasca “que no está mal” a la nula credibilidad de España ante los mercados. La situación en “términos relativos, es razonable”, dijo presentando a Euskadi como un país pequeño, pero con algunas fortalezas frente a las economías del entorno.

En su opinión, el mayor peso de la industria en su estructura económica vasca, el esfuerzo de innovación, su tradición de emprendedores y el grado de internacionalización de sus empresas la convierten en un territorio atractivo para invertir.