“El Estado nunca puede perder su soberanía moral ante los violentos”

El análisis del final de la violencia en distintos países puede contribuir al asentamiento de la paz en Euskadi, según pretende el Congreso sobre Memoria y Convivencia que se celebra en Bilbao. El experto Tobias Wunschik desgranó ayer la desaparición de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), la banda Baader Meinhof, el grupo terrorista más importante que actuó en Alemania.

Pregunta. ¿Qué similitudes se pueden apreciar entre la Baader Meinhof y ETA?

Respuesta. Todos los grupos terroristas han surgido como respuesta de una minoría de personas que no ve otra posibilidad de conseguir sus objetivos que no sea a través de la violencia, pero hay grandes diferencias estructurales entre el terrorismo de motivación separatista y el revolucionario de izquierdas, como el de Alemania.

P. ¿Como cuáles?

R. En el País Vasco hay un determinado grupo social que tiene las mismas convicciones y creencias, un grupo con la misma identidad y del que un número muy pequeño decidió recurrir a la violencia. Es un colectivo del que ETA se pudo nutrir durante décadas. En Alemania fue todo más excepcional. El terrorismo surgió de unas protestas estudiantiles y siempre fue un movimiento pequeño. En su mayor apogeo tuvo a una veintena de miembros en la clandestinidad.

P. ¿Cómo se solucionó el problema en Alemania?

R. Debido a las diferencias estructurales, no creo que sean comparables ambos procesos. En Alemania, en los años setenta se promulgaron ciertas leyes que restringieron los derechos de los abogados defensores de los terroristas, normas que incluso convirtieron en un hecho penal el mero apoyo a la banda. La violencia decreció durante la siguiente década y fue ya en los noventa, con la disminución de la amenaza, cuando se empezó a reflexionar sobre soluciones políticas y posibilidades de reinserción para los presos. Si se hubiese ofrecido una solución de este tipo 20 años antes hubiera provocado una gran ola de protestas entre la población.

P. ¿Cuáles pueden ser las claves de la solución en Euskadi?

R. En Alemania fue decisivo que los terroristas presos y los que se encontraban en la clandestinidad apostaron por el final del proceso. En la lucha contra la violencia terrorista, de todos modos, el Estado nunca debe perder su soberanía moral. A largo plazo, el Estado únicamente puede apoyarse en sus propias fortalezas: en el derecho, en la participación,… Solo ofreciendo esas cualidades podrá dar una imagen más atrayente y positiva que los contrarios a él.

El ideario terrorista es tan extremo que se cierra a cualquier argumento racional”

P. ¿Cómo se puede impulsar la convivencia?

R. El trato con terroristas siempre es difícil, porque su ideario político es tan extremo que se cierran a cualquier planteamiento racional. Hay que enfrentarse a ellos con argumentos enfocados a dar la vuelta a sus propios postulados. Aun así, la reflexión definitiva no llega hasta que perciben que la mayoría de la sociedad nunca aprobará sus ideales y sus formas. Hace falta paciencia, aunque el País Vasco ya ha tenido mucha.

P. ¿Cabe en el nuevo escenario la reinserción de los presos?

R. El Estado de derecho no tiene por qué renunciar por completo a un cierto castigo a los terroristas, ya que en un funcionamiento democrático no hay motivo para ejercer la violencia. Tampoco quiere ello decir, sin embargo, que no se puedan ofrecer medidas como la reducción de condenas.

P. ¿El terrorismo ha marcado la imagen de Euskadi en Europa?

R. Forma parte de la imagen que tenemos, ya que durante años hemos asistido a noticias semanales sobre atentados. Quizá por ello, ahora acapara gran atención todo lo relacionado con el fin de la violencia.