La patronal del metal cesa a su presidente tras facturarle 600.000 euros
Joaquim Boixareu sustituye de forma interina en el cargo a Antoni Marsal El comité ejecutivo de la patronal encarga una auditoría de las cuentas
Antoni Marsal dejó ayer de ser el presidente de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM). Al menos temporalmente. Un caso de facturas dudosas le apeó del cargo después de que la plantilla de la organización remitiera el pasado lunes una carta a todos los miembros de la junta de gobierno denunciando que su presidente había cobrado más de 600.000 euros de la patronal a través de sus empresas. Los patronos, que desconocían esos pagos, decidieron el martes por la noche en reunión del comité ejecutivo aceptar la suspensión temporal de les funciones de Marsal.
El culebrón vivirá otro capítulo esta noche, cuando se reúna de forma extraordinaria la junta directiva, que deberá ratificar “el cese temporal” —según el orden del día—, la puesta en marcha de una auditoría interna encargada a una firma especializada e “iniciar todas las medidas que se consideren adecuadas”, en función del resultado de la fiscalización de las cuentas de la patronal sectorial más influyente de Catalunya. Mientras todo se aclara, el hasta ahora vicepresidente de la UPM, la presidencia en funciones de la organización recaerá en Joaquim Boixareu, de quien Marsal era un hombre de confianza.
El comité ejecutivo de la Unión Metalúrgica afrontó dividido el comité del martes. Marsal quería ofrecer su propia versión de lo sucedido, a lo que un grupo de representantes de las empresas más potentes representadas en el comité ejecutivo se negó. Estaban todavía perplejos por la misiva que la plantilla había enviado a cada uno de ellos para denunciar la existencias de las facturas y los ingresos a cuenta de la patronal.
El ejecutivo de una de las empresas presentes en el sanedrín metalúrgico aseguraba ayer que el presidente cesado “tenía que haber declarado esos cobros por ética o por estética”. Según los estatutos de la UPM, la presidencia no es remunerada.
Ahora, con el encargo urgente de una auditoría, las consecuencias del caso toman un cauce impredecible, según las mismas fuentes. Los hechos, conocidos el lunes, provocó que el pasado martes el presidente de Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, enviara una carta a todos los vicepresidentes de la UPM en la que se reclamaba la toma de medidas para encauzar el proceso. Marsal, muy activo en la candidatura con la que Boixareu lanzó un pulso a Joan Rosell en las últimas elecciones de Fomento, tendrá que dejar sus cargos en la cúpula.
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