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Expertos discrepan en torno a los resultados de las exhumaciones

El presidente de la Sociedad Aranzadi asegura que existe la posibilidad de que desaparezcan los restos óseos

Desde la izquierda, el director del Instituto Vasco de Medicina Legal, Carlos Cubero, el jefe del servicio de patología del mismo, Luis Miguel Querejeta y la presidenta de la comisión, Mertxe Agundez, en el Parlamento.
Desde la izquierda, el director del Instituto Vasco de Medicina Legal, Carlos Cubero, el jefe del servicio de patología del mismo, Luis Miguel Querejeta y la presidenta de la comisión, Mertxe Agundez, en el Parlamento.Parlamento vasco

“Las cosas son distintas a cómo se perciben”, ha dicho esta mañana el presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Francisco Etxebarria, “yo pongo en cuestión los robos de bebés”. Etxeberria ha comparecido a primera hora de esta mañana en la comisión especial de estudio de las adopciones irregulares que ha puesto en marcha el Parlamento vasco para dar un punto de vista diametralmente opuesto al que esbozaron la pasada semana las asociaciones de afectados por robos de bebés.

Este reconocido experto ha querido pisar el freno ante la situación de “auténtica psicosis” que se ha generado en la sociedad vasca en los últimos meses, tras las exhumaciones que se han realizado en Euskadi. Son seis las que se han realizado, cuatro por el Instituto vasco de Medicina Legal y otras dos por una empresa privada. En tres casos no se han encontrado restos humanos, pero Etxeberria ha subrayado que eso no significa que estuvieran vacíos.

“No es imposible que se produzca una degradación total de un cadáver, más aún si era prematuro”, ha resumido el también profesor de Medicina Legal de la UPV, explicando que los niveles de calcificación de los huesos de los bebés, junto con las condiciones climatológicas de Euskadi –con mucha humedad y cambios de temperatura-, propician que eso ocurra. Esto es “infrecuente, pero posible”, ha aclarado después Etxeberria, que participó en la exhumación del cuerpo de Salvador Allende. Por el contrario, los responsables del Instituto vasco de Medicina Legal que han comparecido después han apuntado que la degradación total precisaría de “circunstancias especiales” que en las exhumaciones que han realizado no se daban.

El Instituto vasco de Medicina Legal asegura que en los casos vascos no se han dado circunstancias especiales

“No hemos apreciado factor especial alguno que mostrara la desaparición de los huesos. Las estructuras óseas sufren un proceso de degradación, pero no de desaparición. Se modifican y los transforman, no los hacen desaparecer”, ha apuntado el doctor Luis Miguel Querejeta, jefe de servicio de Patología del Instituto vasco de Medicina Legal. Por tanto, “si no demuestro ninguna circunstancia especial, el resultado tiene un valor, y es que no hay huesos, lo demás son conjeturas técnicas”, ha concluido.

“Me parece bien que se estén haciendo las exhumaciones para conocer la verdad”, ha reseñado Etxeberria. Tanto este como los responsables del Instituto vasco de Medicina Legal han enumerado caso por caso las que han tenido lugar hasta ahora. En la primera exhumación “no se localizó el féretro”, en Derio, porque “se hicieron obras”, ha relatado Etxeberria. “No se han encontrado restos porque ya no estaban ahí”, ha insistido. En el segundo caso, el del cementerio de Polloe, “el féretro no estaba vacío”, ha relatado. Se encontraron una pinza umbilical, una pulsera de identificación “sin cortar, sin romper” y una tela “en cuyo interior apareció el residuo”.

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El tercer caso, la primera exhumación en Euskadi, que tuvo lugar en Itxasondo, se encontraron pelos, una pinza y “puparios”, las cápsulas de los gusanos que, tal y como ha explicado Etxeberria, son síntoma de que “ha habido algo que se ha descompuesto”. En este caso, sin embargo, Carlos Cubero, director del Instituto vasco de Medicina Legal, ha dicho que “ahí tenía que haber habido restos óseos, nada nos dice que había influencia exógena para que no los hubiera; de hecho, el pelo, por la acción de la temperatura y la humedad tenía que haber desaparecido antes que el hueso; si hay pelo, ¿por qué no hay hueso?”.

El resultado social de estas exhumaciones ha sido que “se ha cruzado la línea de la sospecha” y “ya no se habla de irregularidades, sino de robos e incluso de tramas”. Etxebarria ha reconocido que esas dudas que se han azuzado con las exhumaciones y que muchas de las incertidumbres que se han generado en las familias se podían resolver desde los profesionales sanitarios siendo más “generosos” en la explicación de sus casos. Eso sí, ha señalado que antes, al contrario de lo que ocurre hoy en día, los recién nacidos fallecidos no eran mostrados a la familia. “No podemos cambiar la historia del pasado para los intereses del presente”, ha advertido Etxeberria.

Sus contactos con las asociaciones han sido varios y este médico experto en Medicina Legal ha dicho que “siempre les he hecho ver con dureza que las cosas no son como se dice”. “Algunos me han dicho que no aceptan mi opinión y que es posible que esté actuando corporativamente”, ha explicado sin tapujos.

Querejeta ha pedido que se aborden los casos de manera individual y como si se trataran de situaciones homogéneas y se ha mostrado crítico con los procedimientos que tienen a su alcance para recabar información. “La obtenemos de la familia”, ha relatado, “el procedimiento es mejorable, no tenemos uno por parte de la administración”. “La documentación suele ser muy escasa, la información que más nos aporta es la declaración de las familias”, ha abundado Cubero. El primero también ha planteado que “no siempre se atiende como se debe” desde la administración de Justicia a las familias. “Parece que demandan demasiado, y no es cierto, son personas normales que reclaman información”, ha apuntado.

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