Seat inaugura ocho concesionarios en China
Las tiendas comienzan con el León, al que los chinos llaman “cañoncito”
Gran despliegue de medios y directivos de Seat, el de hoy en China. En el que quizás es el acto más importante coincidiendo con la participación de la firma en el Salón del Automóvil de Pekín, los directivos se han repartido por todo el país para inaugurar de forma simultánea los primeros ocho concesionarios de la marca del Grupo Volkswagen en un mercado al que quieren hincar el diente. Todos ellos en ciudades medianas, de entre 5 y 10 millones de habitantes.
Lo hacen, para empezar, con el León en sus versiones más deportivas y potentes: FR y Cupra. Este último ya ha sido rebautizado por los chinos como el “cañoncito”, traducción de la palabra cupra tal como se pronuncia en chino. Hasta en la red social Weibo, el equivalente a Twitter pero en Asia, los especialistas en automoción le llaman así: "cañoncito", cañón pequeño.
Seat anunció en la feria de Cantón, hace seis meses, que la previsión de ventas de este primer año en China es de unas 4.000 unidades. La empresa registró en 2011 pérdidas por cuarto año consecutivo, pero logró reducirlas por las exportaciones, sobre todo a países europeos y de Latinoamérica. Ayer, en Pekín, el presidente de Seat, James Muir, no quiso dar una cifra de vehículos vendidos, pero el vicepresidente de ventas y mercadotecnia, Paul Sevin, habló de que a finales de este mes se habrán despachado entre 200 y 250 unidades. Sevin ha participado hoy en la inauguración del concesionario de Zenghzhou, a la que Seat ha invitado a un grupo de periodistas de diversos medios, entre ellos EL PAÍS. La ciudad está en la provincia interior de Henan, una de las más pobladas del país, con 100 millones de habitantes.
Los propietarios de los concesionarios, que son franquicias que dependen del Grupo Volkswagen, no facilitan cifras; pero, en el caso de Zhengzhou, durante el acto se entregaron las primeras llaves. El comprador es Le Yong Feng, de 25 años y trabajador de una compañía de transporte. Ha comprado el coche para su novia, ha explicado, y se fijó en Seat “por la garantía que da el Grupo Volkswagen”. Le responde al perfil de comprador que quiere conquistar Seat: joven, urbanita y rico como para comprarse un coche que cuesta el equivalente a 29.000 en un país donde el sueldo medio ronda los 3.500 euros anuales. Es también el caso de Bi Yunpeng, de 30 años, que ya ha probado el León en un circuito cerrado y esta mañana aplaudía “la comodidad de conducción en velocidades de hasta 160 kilómetros por hora”. En su caso, si se lo acaba comprando será su segundo coche.
En realidad, los ocho concesionarios inaugurados hoy llevan tres semanas abiertos. Además del de Zengzhou, están los de Changsha, Chengdu, Chongqing, Nanjing, Shenzhen, Suzhou y Wuhan. Antes de que termine el año, Seat tiene intención de abrir otros siete. Cinco ya tienen ubicación (Guangzhou, Hangzhou, Nanning, Xi’an y Xiamen) y la idea de la firma es abrir también en Pekín y Shanghai, las dos grandes ciudades. “Estamos estudiando entre más de 40 ubicaciones, queremos acertar con la calidad tanto de la localización como del propio edificio que albergará los concesionarios”, dijo ayer Muir.
Si el León ha sido el coche con el que Seat ha entrado en el mercado asiático, el segundo modelo será el Ibiza, también en sus versiones más deportivas. De hecho, la firma de Martorell ha elegido China para presentar la versión Cupra del nuevo Ibiza, su modelo más vendido. Lo hizo el pasado domingo durante la Volkswagen Group Night, celebrada en la piscina olímpica de Pekín, donde las marcas del grupo presentaron sus novedades.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.