La comedia ‘El mundo es nuestro’, un éxito inesperado

Alfonso Sánchez no puede dar un paso por Málaga sin que alguien le asalte. Críticos entusiasmados, público agradecido por esos 90 minutos de diversión y profesionales que le invitan a llevar su primer largometraje, El mundo es nuestro (MundoFicción y Jaleo Films), a los festivales que dirigen.

 "Estoy sobrepasado. Esto es increíble”, acierta a decir este sevillano que hace unos años alcanzó la fama junto a su "compadre" Alberto López dando vida a dos canis, El Cabesa y El Culebra, en un corto que se convirtió en un auténtico fenómeno social en Internet, superando los 10 millones de visitas, y al que siguieron otros trabajos en el mismo formato.

Con su primer largo como director, del que también es guionista y coprotagonista, Sánchez ha logrado que crítica y público coincidan en que puede ser una de las películas que arrasan en taquilla. "Eso será si encontramos distribuidora y la película llega a las salas”, dice entre risas Sánchez, animado porque la cinta ha agotado todas las entradas en los cuatro pases programados en la sección ZonaZine.

Un público de lo más heterogéneo que ha caído rendido ante las desventuras y el humor absurdo al más puro estilo Berlanga o Azcona de estos "dos raterillos de tres al cuarto” que deciden superar la crisis atracando una sucursal bancaria y huyendo a Brasil siguiendo los pasos del Dioni.

"Un éxito así no te lo esperas nunca. Es difícil de digerir”, comenta Sánchez, quien tiró de imaginación y no dudó en recurrir al crowdfounding, un mecenazgo a través de Internet, para recaudar los 600.000 euros que costó la cinta. "Lanzamos la campaña Apadrina a un Tieso y nuestros seguidores en la red se volcaron”, explica Sánchez, quien, pese al éxito de su campaña, asegura que no repetiría la experiencia.

"Tengo un cajón lleno de proyectos, pero no me planteo hacer una película más de esta forma. El cine está en crisis, sí, pero habrá que buscar un nuevo modelo en el que hacer películas sea rentable porque estas conecten con lo que el público demanda”, afirma Sánchez, quien no ha podido disfrutar de este éxito con su inseparable Alberto López —"el Jack Lemmon español", dice—, quien tuvo que regresar a Sevilla para asistir al nacimiento de su hijo. "El niño viene con un pan debajo del brazo”, sentencia.