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OPINIÓN

Nada en la ambulancia

Parece que la oposición no se va a tomar la molestia de realizar propuestas para la sanidad pública

La oposición está, como su propio nombre indica y ya se recordó en otra de estas columnas, para oponerse a quien gobierna, porque al ofrecer alternativas desde dentro del sistema democrático ayuda a protegerlo de otras alternativas, las antisistema, de cuya peligrosidad la historia europea del siglo XX ha dado suficientes y costosas muestras. Por ello, las fuerzas parlamentarias que ocupan los escaños de la oposición no pueden aplicarse para sí la conocida gracieta universitaria de que las críticas a la gestión del Gobierno han de ser siempre destructivas, porque si lo que se demanda es una crítica constructiva lo que hay que hacer es encargar un dictamen.

A lo largo de esta última semana, incluso antes de conocerse el detalle y los efectos en cada comunidad autónoma de las reformas que el Gobierno de España está impulsando con el objetivo de hacer viable y sostenible en el tiempo nuestro magnífico sistema sanitario público, socialistas y nacionalistas han anunciado ya su tajante rechazo a las medidas avanzadas, y sendas campañas de denuncia contra una supuesta “ofensiva contra el sistema público” (el primer Vázquez); un plan presuntamente dirigido a “esquilmar a los jubilados” para “acabar con el sistema sanitario público” (el segundo Vázquez). Dado que el término elegido para adjetivar las campañas (de “denuncia”) hace suponer que la oposición no se va a tomar la molestia de realizar propuestas alternativas (pese a que la sociedad les ha elegido y les financia para que elaboren dictámenes) a uno solo le queda la posibilidad de deducir qué es lo que esa denunciante oposición haría con la sanidad pública analizando lo que hizo cuando ejerció tal responsabilidad.

Porque lo que hicieron aparece perfectamente descrito en el informe que presentó hace unos meses el Consello de Contas de Galicia sobre la Cuenta General del Sergas del año 2008, último de su mandato. Cito, literal y correlativamente, algunas de las conclusiones que se pueden leer en las páginas 116 y siguientes del mencionado informe, al que se puede acceder a través de la página web del propio Consello: “La gestión indirecta a través de conciertos con medios ajenos presenta un incremento de gasto de un 48,33% en el período 2004-2008”; “el análisis de la cobertura financiera del gasto sanitario facilitado por el modelo (de financiación autonómica) a lo largo del período 2004-2008 pone de manifiesto insuficiencias de financiación respecto del gasto real, que en el año 2007 estuvieron por encima de los 23 millones de euros, y que en el ejercicio 2008 alcanzaron un importe muy significativo superior a los 645 millones de euros. Esta tendencia se agrava, a resultas de la liquidación del nuevo modelo, para los ejercicios 2009 y siguientes por la caída de los ingresos tributarios, sin que el gasto real se acomode a esta tendencia, por lo que la sostenibilidad del sistema está negativamente afectada”; “se advierte una insuficiencia estructural de los créditos iniciales para dar cobertura a las obligaciones de cada ejercicio, que se atiende con transferencias desde otros programas de gasto. Los datos muestran que los créditos iniciales de cada ejercicio exceden, salvo excepciones contadas, a las obligaciones del ejercicio anterior... principalmente (en el) Complexo Hospitalario Universitario de Vigo el global de los créditos iniciales del ejercicio 2008 es inferior al gasto real del año 2007; “[en] los gastos presupuestarios de personal... resalta el incremento en el período 2004-2008, que alcanza el 44,42%, más de cinco puntos por encima de la media del presupuesto (un 39%), cuando el incremento de efectivos de personal en ese mismo período fue de un 14,06%”.

Quienes ventean fantasmas privatizadores y quienes critican sin pudor a los que ahora tratan de hacer sostenible nuestro sistema sanitario público son los mismos que incrementaron los conciertos con la sanidad privada en casi un 50%, exactamente los mismos que dejaron “la sostenibilidad del sistema negativamente afectada”. Y todo ello en un contexto en el que se podía decir, al igual que el gran Pazos de Airbag en una de las más célebres parrafadas de la comedia española, aquello de que la Xunta “nada en la ambulancia”; es decir, cuando contaba con un 15% más de presupuesto total. Poco más que nada es, precisamente, lo que la oposición trae en la ambulancia con la que pretende auxiliar el sistema sanitario público. A los hechos me repito.

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