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EL CASO DEL FRAUDE EN LA HACIENDA DE IRÚN

Bravo asegura que ingresó todo el dinero en Hacienda sin apropiarse de nada

El acusado en el fraude de Irún admite que metió en sus cuentas varios cheques recibidos de deudores

Mikel Ormazabal
San Sebastián -
José María Bravo sale ayer de la Audiencia de Gipuzkoa tras prestar declaración
José María Bravo sale ayer de la Audiencia de Gipuzkoa tras prestar declaraciónJAVIER HERNÁNDEZ

Una semana después de intentar llegar a un acuerdo con las acusaciones admitiendo su culpabilidad por la desaparición de importantes sumas de dinero en la Hacienda de Irún, el exresponsable de esta oficina tributaria, José María Bravo, negó ayer ante el tribunal que le juzga haber cometido delito alguno. En su primera declaración en la Audiencia de Gipuzkoa, el principal imputado por el presunto fraude aseguró que no se apropió de ninguna cantidad de dinero, que las ingresó en su totalidad en las cuentas de la Hacienda foral y sostuvo que el dinero no aparece porque el fisco guipuzcoano “no ha mirado bien y no lo ha encontrado”.

Unos días de comenzar el juicio, Bravo estaba dispuesto a devolver casi dos millones de euros y cumplir una condena de nueve años de cárcel. Fue la propuesta que tendió inicialmente a la Fiscalía y después a la acusación que ejercen la Diputación y las Juntas Generales de Gipuzkoa. Al fracasar el intento de pacto, su estrategia de defensa ante el tribunal consistió en rechazar todos los cargos que se le imputan y declararse inocente. Bravo está acusado de cobrar deudas de contribuyentes que luego no eran ingresadas en las arcas forales o solo en parte. La Fiscalía sostiene que el exjefe de la Hacienda de Irún se apoderaba de esas cantidades y posteriormente daba de baja las deudas por prescripción o insolvencia. Mediante este procedimiento pudo adueñarse de 1,9 millones de euros y causar un perjuicio de ocho millones a la Hacienda foral, según la acusación pública. En la misma causa también figuran como acusados su esposa, Rosa Cobos, y el que era su socio Pedro Atristain.

Bravo, que calificó de “barbaridad” las penas de 24 años y tres meses de prisión —la acusación particular solicita 30 años de cárcel— que se piden por los delitos de malversación, prevaricación, estafa y usurpación de funciones públicas, blanqueo de capitales e insolvencia punible, negó de forma categórica todos los cargos. En cinco horas de declaración, respondió con expresiones tajantes como “en absoluto” o “rotundamente no” cada vez que el fiscal le preguntó si se había apropiado de pagos de contribuyentes o había pactado con estos una quita de sus deudas. Cuando se le cuestionó si ingresó todos los cobros en la Hacienda foral, respondió: “Sin ningún género de dudas”.

Sentado junto a 14 archivadores con documentación sobre los 37 expedientes que son objeto de la causa, Bravo tuvo que reconocer que cometió una “irregularidad” al ingresar en varias de sus cuentas bancarias cheques y pagarés que recibía de contribuyentes. Las cantidades que figuraban en esos talones las ingresaba en metálico en la Hacienda foral con dinero que en esa época obtenía de sus actividades profesionales paralelas como asesor de Ayuntamientos, agente inmobiliario o abogado.

Dijo “en absoluto” y “rotundamente no” para negar todos los delitos

Cuando el fiscal le preguntó por qué no explicó antes esta práctica, Bravo afirmó que en la instrucción prefirió “guardar silencio” por la “algarabía mediática” que provocó este caso, por la “violencia” con que fue tratado por la Hacienda y por la “investigación a cuchillo” que ejerció contra él la Fiscalía.

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El exdirector de la oficina tributaria de Irún hizo hincapié en que la Hacienda foral “no ha buscado bien” para dar con las cantidades que no aparecen ingresadas en las arcas forales y que el Ministerio Fiscal considera que fueron a parar a sus bolsillos. Al respecto, se refirió varias veces a que una perito de la Agencia Tributaria determinó durante la instrucción la existencia de 121 millones cuya procedencia era desconocida por la Hacienda y que, según Bravo, podría corresponder a partidas que son objeto de los delitos.

El principal imputado exculpa a su esposa y su socio Atristain

Bravo exculpó a su socio Atristain y su esposa, a quienes involucró en este asunto a sus espaldas utilizando cuentas a nombre de estos donde ingresaba los cheques anteriormente referidos.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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