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El uso “justificado o no” de las pelotas de goma marcará el proceso judicial

La rápida identificación del ‘ertzaina’ que disparó es otra de las claves del caso

Los amigos de Iñigo Cabacas, durante la concentración celebrada en Basauri, en recuerdo del joven.
Los amigos de Iñigo Cabacas, durante la concentración celebrada en Basauri, en recuerdo del joven.LUIS ALBERTO GARCÍA

La confirmación de que la muerte del joven vizcaíno Iñigo Cabacas fue “violenta” judicializó el caso y abrió así un proceso de duración incierta que estará marcado por dos factores clave. Por un lado, el uso “justificado o no” de las pelotas de goma en los incidentes y, por otro, la identificación del ertzaina que efectuó el disparo fatal el pasado 5 de abril.

Tal y como detalló el consejero de Interior, Rodolfo Ares, el departamento que dirige ha iniciado una investigación profunda “cueste lo que cueste y cueste a quien cueste”. Los avances que van arrojando estas pesquisas están siendo remitidos al juzgado de instrucción número 10 de Bilbao, encargado del caso, y a la Fiscalía. Las conclusiones finales del cuerpo policial, relativas a las circunstancias que rodearon los incidentes, números y trayectoria de los disparos y distancia a la que fueron realizados, también deberán ser enviadas a ambos órganos.

Si la juez entiende que no procedía disparar, llamará a a altos cargos

Una vez conocido el informe preliminar de la autopsia, que apuntó a un pelotazo en la cabeza como causa de la muerte de Cabacas, la juez y la fiscal aguardan el informe definitivo de la autopsia, para el que se efectúan “por protocolo” pruebas adicionales a las ya practicadas inicialmente.

La identificación de todos los agentes que estuvieron involucrados en la carga y los testigos que la presenciaron también está por cerrar. Interior ya ha tomado declaración a medio centenar de policías. Al margen del informe final de la Ertzaintza, de momento no está previsto la petición de otros análisis técnicos externos.

La juez llamará a declarar, al menos, al jefe de la patrulla que acudió aquella noche al callejón de María Díaz de Haro donde se produjo la carga, a los 24 agentes que participaron en ella y a los testigos que sean considerados de interés para esclarecer la muerte de Cabacas a fin de determinar las posibles responsabilidades de quienes participaron en el trágico suceso. Aunque fueron 24 los policías implicados en la polémica carga, las investigaciones de Interior se centran en seis de los que dispararon las pelotas de goma aquella noche.

Ares anunció el pasado jueves el abandono progresivo de los lanzapelotas, que quedarán prohibidos en 2013 y solo se usarán en ocasiones excepcionales. Es precisamente la conveniencia o no de utilizarlos aquella noche el factor que marcará a fuego el proceso policial. Esto se debe a que si la jueza considera que el empleo de este arma “no estuvo justificado, podría llamar a declarar a los altos mandos de la Ertzaintza e ir subiendo en la cadena de mando”, señalan a EL PAÍS fuentes próximas a la investigación.

Aún falta la autopsia definitiva y las conclusiones de Interior

La duración del juicio por el caso Cabacas, como “en cualquier otro proceso”, irá en función de los “avances en la investigación” del departamento de Interior. “Si mañana Interior dice: “Ha sido este ertzaina y declara en el juzgado, todo iría mucho más rápido”, apuntan las mismas fuentes, quienes subrayan que “no hay plazos” para la entrega de los informes.

A partir de entonces, el juzgado bilbaíno debería dilucidar si las consecuencias de la actuación del agente obedecieron a un hecho fortuito o si se trata, por el contrario, de un homicidio imprudente, tal y como ya indicó el hace días el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro.

El director de la Ertzaintza, José Antonio Varela, quien acompañó al consejero en el Parlamento durante su difícil comparecencia del pasado jueves, se inclinó por la fatalidad y no por la negligencia, a tenor de los primeros indicios. “No existen elementos de puntería en los lanzadores y la trayectoria de la pelota es errática”, describió.

A su vez, determinar cuál fue la pelota que provocó el fallecimiento del aficionado del Athletic es uno de los principales retos de la investigación. “Ninguna se disparó a bocajarro”, aseguró en su intervención pública el director de la Ertzaintza, quien detalló que los lanzamientos se produjeron a una distancia mínima de 22 metros del objetivo y que el protocolo de actuación obliga a apuntar “por debajo del estómago” y no a la cabeza.

Mientras se consumen las primeras investigaciones dentro del proceso judicial en marcha, siguen las muestras de apoyo a la familia de Iñigo Cabacas. La última, a última hora de la tarde de ayer en Basauri, localidad vizcaína en la que nació el joven seguidor del Athletic fallecido. Sus amigos le rindieron un sencillo homenaje en una de las plazas de este pueblo por las que acostumbraba a transitar ya que mantenía numerosos lazos personales en la zona.

En paralelo, Aralar de Basauri solicitó ayer al Ayuntamiento de esta localidad que se persone como acusación particular por la muerte de Cabacas. Según la formación abertzale, el joven, a pesar de que en la actualidad residía en Bilbao, “pasó gran parte de su vida en el municipio y, además, seguía teniendo un gran vínculo con el pueblo”. Consciente de que su solicitud es “extraordinaria”, ya que Cabacas ya no estaba empadronado en Basauri, estimó que “la gravedad y excepcionalidad del caso son más que suficientes para superar ese aspecto formal”.

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