Ion Fiz celebra su décimo aniversario en el Guggenheim
El diseñador de Eibar recoge lo mejor de sus 20 colecciones en ‘Fizissimo’
Ion Fiz creció entre patrones y telas junto a su abuela materna, modista, a la que tenía “alucinada” con su destreza con la aguja y el hilo, y sus tíos, que eran sastres. Con la moda en las venas, este joven diseñador (Eibar, 1976), se ha ido haciendo un hueco en el “difícil” mundo de la moda con “esfuerzo” y “pasión”. Ayer el museo Guggenheim fue el escenario de su desfile de gala, denominado Fizissimo, 30 piezas “únicas” que recogieron lo mejor de sus 20 colecciones, con motivo de su décimo aniversario en la industria.
Tras proyectar un vídeo que desgranaba las bondades paisajísticas y culinarias de Euskadi, tierra de Fiz, a fin de explicar su preferencia por los colores minerales, empolvados y plomo, el diseñador resaltó que uno de los mejores momentos de su carrera fue lograr en 2004 el premio L'Oréal en la pasarela Cibeles de Madrid, ya que le abrió “muchas puertas”. Su peor trago, por el contrario, fue cuando “una exsocia” se “quedó con una colección” suya, pero Fiz se enorgullece de que, pese al “desagradable trance”, siguió “adelante”.
Fiz estuvo acompañado durante la rueda de prensa previa al desfile de la empresaria Carla Royo Villanova, que llegó tarde a la cita porque su avión se retrasó y además le “perdieron la maleta”. “Siempre he admirado muchísimo a Ion Fiz. Es un innovador con ganas de luchar en un mundo y un país difíciles”, apuntó Royo Villanova.
La crisis parece no afectarle a Fiz, quien asegura que en los años “de derroche” le fue “peor” que en la actualidad. Una de las claves ha sido, en su opinión, haber diversificado su oferta. Y es que Fiz se ha atrevido a lanzar vino, muñecas, bisutería y complementos. Lo último ha sido un mechero de diseño “que enciende la luz de la moda” y una línea de muebles sostenibles.
Perfeccionista y apasionado, Fiz añora el "buen gusto" de antaño
Fiz criticó que la sociedad haya “vuelto atrás en buen gusto y calidad de vida” y subrayó que hay mucha gente que “no sabe comprar”. Amante de las cosas “bien hechas”, el modisto supervisa siempre cada detalle de sus colecciones y asegura que en su estilo hay mucha “asimetría geométrica”.
El desfile de ayer mostró una colección de mujer con piezas de sastrería para el día y alta costura para la noche. Con líneas tulipán, tubular, lápiz y diagonal, entre otras, el trabajo de Fiz mostró una gama de colores que va entre el visón al negro, pasando por el rosa ahumado y el topacio. El diseñador estudia la anulación de costuras y presentó una camisa de una sola pieza y siluetas deconstruidas que recorren el cuerpo de forma helicoidal dando un efecto tridimensional. Los tejidos empleados por Fiz, entre otros, son la gasa, la organiza, el satén y el dupión.
El evento fue presentado por Anne Igartiburu y la modelo que abrió y cerró el desfile fue Juncal Rivero. Tras el desfile, se sirvió un catering ofrecido por el chef Josean Alija. Ya por la noche, los invitados pudieron tomar una copa en el bar del hotel Domine de Bilbao.
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