El sueño aéreo de Aguirre se cae
La Comunidad finiquita la empresa Aeropuertos de Madrid El Gobierno regional asegura aun así que los trabajos previos se mantienen
Ana Lobato, de 58 años, y Pedro Pablo Pérez Gallego, de 86, miran al cielo desde sus fincas en Navalcarnero y no logran divisar ningún avión. Y mucho menos ninguno aterrizando, como preveían los informes técnicos de la Comunidad de Madrid, que apuntaban que los aeropuertos de El Álamo y Navalcarnero estarían acabados en 2011. Pero 2011 no ha sido el año de la inauguración de ninguno de los dos aeródromos, sino el de la liquidación de la empresa Aeropuertos de Madrid, que ha gastado, según el Gobierno regional, unos cinco millones de euros pese a que no se ha puesto ni una sola piedra de la obra. Mientras tanto, la oposición eleva estos gastos a más de 10 millones de euros, que han servido para redactar los informes del plan director.
Para 2012 el Gobierno regional no incluye ninguna partida específica, reconocen en el Ejecutivo regional, que aseguran que no abandonan la idea de poner en marcha el aeródromo del Suroeste: “Es una promesa electoral y no se para. Se están realizando los informes necesarios, y el aeródromo se hará a un coste cero para el contribuyente, ya que es una infraestructura pública con una concesión privada”, apuntan fuentes de la Consejería de Transportes.
Las propiedades de Lobato y Pérez Gallego, de Navalcarnero, formaban parte del futuro aeródromo del Suroeste. “Nos dijeron que venía el aeropuerto en la zona de El Álamo y que nosotros nos quedábamos como zona de servicios”, explica Ana Lobato. Desde que se aprobó el nuevo plan general es propietaria de un terreno urbano, cuando realmente es una finca rural a más de cinco kilómetros del centro del municipio. En su finca se iban a construir hangares y naves. “Y dijeron que nuestras tierras se iban a poder vender a un buen precio. Pero nada de nada. Esto es un trapicheo de dinero. Primero te dicen una cosa y después otra. Solo hay que ver las tierras peladas y los barrios olvidados de la mano de Dios”, se lamenta esta mujer, que se queja de los altos impuestos que debe afrontar por el cambio de calificación de sus tierras.
“Llevamos 12 años así. Somos dueños de 12 hectáreas y mis hijos y yo necesitamos las tierras para comer. Yo me pregunto, ¿es necesario que hagan el aeropuerto cuando estamos viendo tantas obras paradas y otros muchos como el de Castellón están vacíos?”, relata Pérez Gallego.
El aeródromo toledano de Casarrubios toma ventaja
La realidad parece darle la razón: el Gobierno de Aguirre ha eliminado la empresa Aeropuertos de Madrid, que nació en 2007 con toda la pompa y el boato de los años previos a la crisis. Una obra en 230 hectáreas que sustituiría a los aeródromos de Cuatro Vientos y Torrejón de Ardoz. Contaría el de El Álamo, como infraestructura principal, con una pista de aterrizaje de 2.000 metros de longitud.
Este aeropuerto, con un presupuesto inicial de 180 millones de euros, no tendría un coste muy elevado para el contribuyente. Se sufragaría por el concesionario, que obtendría sus beneficios de la explotación de los servicios aeroportuarios, como otra de las obras estrella de Aguirre: la construcción de una línea de ferrocarril entre Móstoles y Navalcarnero. Esta infraestructura, que conectaría con el aeropuerto, tenía un presupuesto de alrededor de 300 millones de euros. Pero desde hace más de un año los trabajos de la línea férrea están paralizados por la falta de rentabilidad prevista por la constructora OHL, que ya ha invertido unos 100 millones, y que se niega a aportar más.
Una iniciativa de similares características, el aeropuerto de Casarrubios, situado a menos de cinco kilómetros de Navalcarnero, entre Toledo y Madrid, promovido por empresarios privados en colaboración con Castilla-La Mancha, parece tomar ventaja. Este adelanto se produce gracias a que este aeropuerto ya está en funcionamiento y a que el Ejecutivo saliente castellano-manchego, encabezado por el socialista José María Barreda, decidió declararlo de interés regional. Su ampliación corre a cargo de una empresa pública. De hecho, los propietarios de este aeródromo ya han anunciado su intención de promover un acuerdo entre Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid.
La semana pasada los titulares de Transportes y de Fomento de ambas regiones se reunieron en Toledo. Según el Ejecutivo de Aguirre lo hicieron para volver a apostar por el aeropuerto de El Álamo. Pero los empresarios de Casarrubios ya han logrado que Madrid y Toledo comiencen a conversar con la intención de llegar a una colaboración para apostar por una infraestructura privada que ya está en funcionamiento y cuya ampliación ocupa parte del término municipal de Navalcarnero. Casarrubios toma ventaja.
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