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Afectados por el parque de los Tres Turons piden a Trias que los expropien

CiU y el PP proponen un parque de uso mixto, en el que vivan vecinos

Alguna de las casas afectadas por el plan de los Tres Turons, en la calle Marià Lavèrnia.
Alguna de las casas afectadas por el plan de los Tres Turons, en la calle Marià Lavèrnia.CARLES RIBAS

El lado de montaña de la calle de Mühlberg, en el barrio del Carmel, está condenado a la piqueta por el plan del parque de los Tres Turons, aprobado hace tres años por el Ayuntamiento de Barcelona, entonces gobernado por los socialistas e ICV-EUiA. También están sentenciadas buena parte de las casitas y los edificios que se levantaron en las calles del Turó de la Rovira, Font-rúbia, Marsans i Rof y otros que se alzan junto a las baterías antiaéreas de lo alto del Turó de la Rovira. En total son 300 las familias afectadas. Entre 40 y 50 de ellas, hartas ya de esperar, piden al alcalde, Xavier Trias (CiU), que proceda de una vez. Quieren o bien que les expropien o que les realojen en viviendas en condiciones. Otras, en cambio, lo que buscan es quedarse como ahora, pero que sus propiedades estén urbanísticamente en regla.

“Ahora nos dicen que no hay dinero para expropiar a tanta gente o realojarla. Pero sí hubo 21 millones de euros para una finca en el Guinardó de una inmobiliaria —Inmogaudir— para desencallar el proyecto de Can Batlló. Está claro que hay dinero para lo que les interesa”, afirma Fernando González, presidente de la asociación de vecinos del Carmel.

Toda esa zona de parque de los Tres Turons estaba afectada desde los planes comarcales de 1953 y siguió en la misma situación con el Plan General Metropolitano (PGM) de 1976. Un total de 764 viviendas —muchas de ellas de autoconstrucción— estaban fuera de normativa y el plan que aprobó el bipartito en 2009, con apoyo de ERC, supuso consolidar a 464. Las restantes 300, en cambio, fueron sentenciadas a la demolición porque se encontraban en las cotas más altas del parque —el baremo que da seguridad jurídica a la expropiación— o, sencillamente, porque no cumplen las condiciones de habitabilidad.

Los populares cuentan a un sector de vecinos que el plan cambiará

Los que quieren ser expropiados o realojados dieron poderes para pleitear a la asociación de vecinos del Carmel y han entregado las escrituras para empezar la negociación. Todo eso está debidamente protocolizado ante notario. Son, en su mayoría, personas de edad ya avanzada a las que les cuesta cada vez más llegar a sus casas, algunas colgadas de la montaña.

Otros, en cambio, no quieren moverse. “Mi abuelo vivía en Gràcia y en 1932 compró el terreno al Ayuntamiento para plantar algo y venían los fines de semana. Después, en la época de mi padre, construyeron la primera edificación y yo he vivido aquí toda la vida”, explica Montserrat, brocha en mano, en el patio de su casa de la calle de Mühlberg. Con el plan aprobado, la casa está condenada, como la de su primo José. “Espero que al final no sea así. Por lo menos unos cuantos años más, porque ahora seguro que no hay dinero para esto”, añade.

En cualquier caso, la queja más extendida entre los vecinos se debe a la falta de información del Consistorio. Todos tienen bien presente que Trias los visitó durante la campaña y les dijo que, si ganaba, el plan del parque se modificaría para hacerlo mixto y de esa manera desafectar más viviendas. El PP también llevó la misma propuesta en su programa, tanto que ya lo ha dado por hecho a vecinos que viven en el Turó de la Rovira.

El gobierno no revela ningún detalle sobre qué ocurrirá con las familias que, en su legítimo derecho, han solicitado que se les expropie. “Estamos trabajando y estudiando la situación de los Tres Turones con la voluntad de aumentar el uso ciudadano de este parque mixto”, dice una portavoz.

El PP considera que la cota de la edificación como baremo para la afectación debe ser reemplazada. “El criterio general debería ser desafectar todo menos lo queno sea infravivienda”, dice el edil Eduard Bolaños. Según el PP, mantener un parque donde haya vecinos generaría más beneficios que problemas. “Hay que invertir para hacerlo accesible, se podría atraer turismo”, dice. UxB sostiene que la prioridad ahora es “ordenar el territorio”. Los socialistas aseguran que “modificar la modificación implicaría atrasar un año más los Tres Turons”.

¿Por qué no vivir en un parque?

El plan del parque de los Tres Turons que se aprobó en 2009 no fue bien acogido por muchos de los afectados. No entendían —y muchos siguen sin hacerlo— por qué en un parque no se puede vivir. Sobre todo porque buena parte de las casas de autoconstrucción que se levantaron en las décadas de 1940 y 1950 son ahora casitas sencillas pero arregladas.

Para tranquilizar a los afectados, el entonces alcalde, Jordi Hereu, les dijo que serían realojados en edificios que se construirían en la misma zona. También se insistió en que era una planificación que realizar en un periodo de 16 años, un largo plazo para acompasar una inversión que se calculó en unos 300 millones de euros. Esa cantidad no solo era para pisos, sino que también se planificaron equipamientos de barrio, escuelas y polideportivos. Ya han pasado tres años y todo sigue como estaba, salvo alguna expropiación por viales que ya estaba en trámite. La millonaria inversión prevista se hace ahora impensable.

Uno de los problemas que tuvo aquella modificación urbanística fue compensar la zona verde que se perdía en el parque al desafectar a 494 viviendas. Las normas obligan a compensar los metros cuadrados de verde que se pierden. De eso se acuerda bien la entonces edil del distrito, Elsa Blasco (ICV-EUiA): “Tuvimos muchos problemas y se compensó lo que se perdía con una reserva de equipamientos cerca del Tibidabo y otra de edificabilidad que había en los Tres Turons. Si ahora quieren desafectar más metros, no se dónde podrán compesarlos. CiU y el PP pueden impulsar ahora una modificación de aquel plan porque tienen mayoría, pero igual tienen más problemas técnicos de lo que pensaban”, concluye Blasco.

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