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"Nunca daríamos la llave al PP"

El candidato de Equo promete participación ciudadana y reclama un nuevo modelo económico

Vídeo: JULIÁN ROJAS
Raúl Limón

Esteban de Manuel se define como granadino nacido en Barcelona en 1964. Corredor de fondo aficionado, casado y con dos hijos, vive en Sevilla desde 1982, donde estudió arquitectura y donde es profesor y promotor de iniciativas de desarrollo y solidaridad.

Pregunta. ¿Qué resultados espera del 25-M?

Respuesta. Esperamos consolidar y aumentar nuestra base social. Nos gustaría entrar en el Parlamento de la forma más amplia posible, pero somos conscientes de las dificultades. Nuestro proyecto acaba de empezar y parte de la ciudadanía no nos conoce. Si entramos en el Parlamento, se van a oír otras voces. Tenemos un compromiso firme con los mecanismos de la democracia participativa. Así hemos hecho nuestro programa y nuestra candidatura y es fácil hoy estar presente en las asambleas, plazas y calles.

P. ¿Su compromiso se mantendrá tras las elecciones?

R. He tardado 25 años en dar el paso de la política ciudadana y de los movimientos sociales a la política de partido porque es necesario. Soy corredor de fondo. No estamos para ver qué pasa. Es preciso asentar la prosperidad sobre la base de nuestros recursos y sobre la capacidad de producción y la creatividad del pueblo andaluz. Hay que cambiar la forma de pensar y darle la vuelta a las actividades económicas.

Si entramos en el Parlamento, se van a oír otras voces. No estamos para ver qué pasa
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P. ¿Pactará si Equo consigue una representación necesaria para formar gobierno?

R. Es una pregunta necesaria que nos pone en una situación incómoda. Por una parte, hemos vivido 30 años de un Gobierno socialista con un proyecto agotado y coincidimos con una gran mayoría que piensa que hay que cambiar de ciclo. Pero sabemos que si ese cambio es al Partido Popular, será para peor. Nunca daríamos la llave del Gobierno al Partido Popular. La decisión la tomaríamos con nuestras bases. Queremos ser alternativa de Gobierno y tenemos las ideas y las propuestas para salir de la crisis, aunque es impensable que esto vaya a pasar ahora, pero sí podemos utilizar la representación que tengamos para influir en el Gobierno, de dos maneras: llevando propuestas razonables y apoyando y con acuerdos puntuales a propuestas que sean razonables. No es necesario estar en el Gobierno para influir.

P. ¿Equo aceptaría la Consejería de Economía?

R. Es más fácil que apoyemos un Gobierno que no sea del PP y que lleguemos a acuerdos programáticos desde la oposición, aunque nos ofrezcan la Consejería de Economía. No obstante, lo tendríamos que discutir entre las bases.

P. ¿Qué políticas son irrenunciables para Equo?

R. Los pilares de una economía sostenible. El primero es la autonomía financiera, que significa apostar por una banca pública andaluza a partir del Instituto Andaluz de Finanzas, que hay que consolidar y fortalecer; apoyar cooperativas de crédito para que el ahorro de los andaluces se quede y financie iniciativas de futuro y nuestras empresas. Es fundamental, para salir de la crisis, contar con una herramienta financiera que los bancos no nos están dando. El segundo elemento es la autosuficiencia energética. Podemos serlo y liderar la transición a una economía sostenible. Lo fundamental sería una línea de crédito atractiva para un sector que ya es competitivo. Hace falta crear un marco de juego diferente para que estas tecnologías puedan prosperar.

En España, íbamos en la buena dirección y hemos frenado en seco

P. ¿Es posible mantener con esas premisas el nivel actual de desarrollo?

R. Es posible cambiando el modelo de producción, el de consumo y el territorial. Podemos mantener una sociedad con un alto nivel de prestaciones sociales renunciando al despilfarro. Esto tiene que ver con el modelo energético, el de movilidad y el de consumo. Es posible si acercamos la producción al consumo, reducimos el uso energético y apoyamos la economía local. La pregunta no es si es posible o no, es que, de otra manera, vamos a entrar en un círculo vicioso del que será muy difícil salir. En España, íbamos en la buena dirección y hemos frenado en seco. Eso es falta de visión política. Podemos vivir bien consumiendo menos energía y recursos. ¿Es necesario tirar el móvil para seguir usándolo?¿Podemos movernos por la ciudad dejando el coche en casa?

P. ¿Cuál es su modelo de administración?

R. Hay que repensarlo. Tenemos que pasar de una administración pública despilfarradora, que se ha dedicado a hacer centros de interpretación de cualquier cosa que están vacíos y donde no hay dinero para mantenerlos, a otra que lidere la sociedad con ideas, con los conocimientos de los funcionarios y técnicos y con financiación pública. Hemos pasado del despilfarro a la parálisis. Por ejemplo, el sector de la vivienda, con políticas de restauración que eran referente, tiene que ir a un modelo que apueste por un impulso retornable de la administración pública.

P. ¿Cuántas consejerías tendría su Junta?

R. No hemos pensado en un número exacto. Reducir el número sería bueno porque la mayoría de áreas están interrelacionadas. La principal reforma es reducir el número y ampliar competencias. En segundo lugar, relacionarlas más entre sí. Una de nuestras propuestas es la rehabilitación de barrios para crear empleo y convertirlos en generadores de la energía que consumimos. Eso no se puede hacer solo desde Obras Públicas, tienen que estar implicadas muchas consejerías.

Me duele que les digamos a los estudiantes que la única salida es aprender alemán e irse

P. ¿Mantendría todas las universidades?

R. El problema no es hoy su sobreoferta como la infrautilización de la capacidad educativa y de investigación en un nuevo modelo. La universidad está llena de jóvenes que hoy deberían estar pensando en soluciones para salir de la crisis. Hay que mandarles un mensaje claro: os necesitamos en Andalucía. Me duele que les digamos que la única salida es aprender alemán e irse. Si pensamos en una sociedad sostenible, está todo por hacer. Es posible rehabilitar 100.000 edificios al año a coste cero para administración y particulares.

P. ¿Cómo?

R. Retornando la inversión por ahorro energético y por producción de energía. La administración también recibiría beneficios por el incremento de la actividad económica.

P. ¿Se pueden mantener a todos los trabajadores públicos?

R. Con una reforma del sector, son necesarios. Si seguimos con una política de inversión cero, como ahora, van a ir todos a la calle. Pero si reactivamos la función pública, no sobra nadie. Son un potencial para salir de la crisis.

P. ¿Cumpliría el déficit?

R. Hoy es una imposición que nos lleva a un círculo vicioso. Yo la aprovecharía como oportunidad, para ajustar nuestras políticas a un contexto de menos recursos económicos. Apostando por la financiación pública retornable que por las subvenciones. No podemos tener una administración obesa, pero tampoco famélica.

P. ¿Cómo generaría empleo?

R. En el campo, con políticas extractivas comarcales para crear una batería de proyectos basados en la energía, una agricultura sostenible de medianos y pequeños empresarios y con circuitos cortos de comercialización que acaben con los intermediarios. En la ciudad, recuperando actividad económica e industrial local, de barrio, para lo que hace falta la colaboración ciudadana. Creamos más empleo si apostamos por el comercio de proximidad y apostando por la rehabilitación de nuestros barrios.

P. ¿Una solución para el ladrillo?

Hemos construido lo que no necesitamos. Hoy tenemos viviendas vacías, gente sin casa y menos recursos para actividades productivas

R. Solo cabe la reconversión. Hemos construido lo que no necesitamos. Hoy tenemos viviendas vacías, gente sin casa y menos recursos para actividades productivas.

P. Una propuesta alternativa

R. Hay que plantear una renta básica universal, que significa que cualquier persona tenga satisfechos unos mínimos vitales, un techo y sus necesidades básicos. Eso y no más para que, al mismo tiempo, exista estímulo para buscar un trabajo con el que mejorar su posición económica y social. La renta básica permitiría a los jóvenes emanciparse, a los parados tener un colchón, evitar la exclusión y la redistribución del trabajo. Así quitamos estrés a la economía. Ahora, estamos obsesionados con el crecimiento y ese camino nos lleva a un callejón sin salida. Ya hemos tocado techo. Tenemos que organizar la economía para satisfacer las necesidades humanas y, si eso permite trabajar menos, nos llevará a vivir mejor. En un planeta finito, la competitividad como único valor nos lleva solo a la guerra, al colapso por la escasez de recursos. A los países en desarrollo les están diciendo que alcancen nuestro nivel de despilfarro. Si seguimos así, no hay salida.

P. Y contra la corrupción

R. Tolerancia cero. Los partidos deben ser responsables y no solo las personas imputadas.

P. ¿Cuál es su propuesta de modelo laboral?

R. Proponemos la cogestión. Hoy los trabajadores y los pequeños y medianos empresarios tienen objetivos comunes. También son necesarias medidas para el reparto del trabajo, pero tienen que ir complementadas con la renta básica. Si no, la situación cambia radicalmente.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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