_
_
_
_

El retraso de Boetticher, diana de las críticas de la oposición

El PSOE visita apenas dos meses después que IU la antigua fábrica, abandonada desde 1992 El futuro centro tecnológico lleva años en obras, pese a los repetidos anuncios del Ayuntamiento

Elena G. Sevillano

Si durante la campaña electoral fue la deuda, ahora la crítica estrella son los incumplimientos del Ayuntamiento de Madrid en la construcción de nuevos equipamientos. Hoy el portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, ha visitado las obras de la antigua fábrica de ascensores Boetticher y ha criticado el retraso en la puesta en marcha del proyecto de centro tecnológico que acogerá la nave de Villaverde. Hace apenas dos meses fue Izquierda Unida, y su portavoz, Ángel Pérez, quienes hicieron públicas unas fotos en las que se apreciaban escombros y basura en los alrededores del edificio. El polideportivo de Vallehermoso, en Chamberí, se está convirtiendo en otro clásico de la crítica de la oposición. El mes pasado IU visitó el socavón del antiguo estadio de atletismo; mañana tiene previsto hacer lo propio el PSOE. 

La historia de la nave de Boetticher es especialmente apetecible si de lo que se trata es de reprochar retrasos.Donde debía haber un centro tecnológico, anunciado bajo el nombre de Catedral de las Nuevas Tecnologías, hay un edificio vacío y en obras que se ha anunciado muchas veces como inminente. El proyecto, según la denuncia que hizo IU, acumula un retraso de 14 años. Los autores de la reforma, Lizasoain y Churtichaga, preveían terminarla en 2011.

Lissavetzky ha pedido esta mañana "celeridad" para acabar las obras de rehabilitación de la nave Boetticher. "Será un potente incentivo para Villaverde, distrito especialmente golpeado por el desempleo", ha afirmado. El distrito está un punto por encima de la media de paro de la capital. El portavoz socialista ha recorrido las instalaciones acompañado del concejal encargado del distrito, Marcos Sanz, y del portavoz en la Junta Municipal, Manuel García-Hierro, y ha destacado que la construcción lleva ya 29 millones de euros, de los 34 "aportados por el Gobierno central bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero" dentro del plan Avanza.

La nave, conocida como la catedral Torroja por el célebre ingeniero Eduardo Torroja que la diseñó, permanece abandonada desde 1992, cuando la empresa se declaró en quiebra. En septiembre de 2003, el Consistorio acordó con representantes de la empresa en quiebra, Boetticher y Navarro, traspasar la nave y sus zonas anejas a propiedad municipal. El acuerdo recoge la cesión al Ayuntamiento de 13.400 metros cuadrados de zonas verdes y 15.000 de viarios.

El proyecto data de la época de Alberto Ruiz-Gallardón en la Comunidad de Madrid. Entre otras ocasiones, anunció en 2006, ya como alcalde, la creación de un centro tecnológico en Boetticher. Aprobó la modificación del Plan General que permite que esta parcela, de 68.782 metros cuadrados, pasara de uso industrial a equipamiento singular. El plazo de ejecución de las obras se preveía en 18 meses y el alcalde calculó que los trabajos comenzarían en mayo de 2007, para entrar en funcionamiento a finales de 2008.

El coordinador general de Economía y Participación Ciudadana, Javier Conde, admitió en enero pasado el retraso de la obra, cuya finalización estaba prevista para diciembre de 2011. Aseguró también que la obra civil estaría acabada el 29 de febrero, pero que aún quedaría por delante el acondicionamiento del interior y la urbanización del exterior, a cargo de la empresa Bynsa. Según sus cálculos de entonces, podría tardar aún otros ocho meses.  

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_