Las Fallas, cultura ardiente
La fiesta es candidata a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco El Consell también la declara Bien de Interés Cultural
Aunque la decisión definitiva no sea hasta noviembre de 2013, ayer el Consejo de Patrimonio Histórico español aceptó la candidatura de las Fallas de Valencia para que opten a ser declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad como manifestación artística, cultural y satírica y expresión viva de un pueblo a través de una festividad de origen vecinal. Una opción que se suma a la adoptada por el Consell, también en la mañana de ayer, de declararlas Bien de Interés Cultural.
Y aunque esta tradición, que comenzó como una purga de residuos entre carpinteros para celebrar la festividad de San José, tenga que competir con los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz en Murcia, el consenso entre los líderes políticos no se hizo esperar. Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, calificó la noticia de “magnífica” y anunció con orgullo que “las Fallas se merecen conseguir un mayor reconocimiento mundial” porque son “una expresión y explosión del ser cultural valenciano”.
La oposición municipal, encabezada por el socialista Joan Calabuig, resaltó “el trabajo de apoyo por parte de todos, sin distinción” y comentó la importancia de esta consideración como una “palanca” que dará “mayor reflejo a estas fiestas” y supondrá un efecto “de prestigio y de atracción” para acoger nuevos visitantes en la ciudad. Hasta la coalición Compromís felicitó “a todas las falleras y falleros que han colaborado en el expediente” y lo celebró con “máxima alegría”.
Barberá: “Son la explosión del ser cultural valenciano”
En esa misma línea, y después de muchas presiones políticas y sociales, el vicepresidente y portavoz de la Generalitat, José Ciscar, dio a conocer por la mañana el anuncio de que las Fallas pasaban a considerarse Bien de Interés Cultural, subrayando que así “se da respuesta a una larga reivindicación de la sociedad valenciana, que siente las Fallas como un bien común”. “La fiesta con mayúsculas de la capital se ve así reconocida como elemento patrimonial merecedor de la máxima figura de protección que tiene la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano”, presumió el vicepresidente.
La ilusión de los políticos se transmitió a todos los festeros, que honraron el merecimiento con una encesa de llum por todo lo alto para degustar estos días de cultura antes de que arda en llamas.
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