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EL JUICIO DEL ‘CASO ANESVAD’

La secretaria de Gamarra testifica que “desaparecían” cheques

Antiguos empleados reconocen que fueron gratificados hasta con coches

Gamarra, durante su declaración en la Audiencia.
Gamarra, durante su declaración en la Audiencia.TXETXU BERRUEZO

Algunos de los donativos que llegaban a Anesvad en forma de cheque “desaparecían”, sobre todo, “los de mayor cantidad”. Así lo reconoció ayer la secretaria personal del expresidente José Luis Gamarra, sobre la que recaía la responsabilidad de contabilizar los talones que llegaban a la ONG y su importe. Ella fue una de los nueve testigos que prestaron declaración en la Audiencia de Bizkaia, durante la tercera sesión del juicio que investiga la supuesta apropiación de nueve millones de euros de la entidad por parte de Gamarra y otros dos exdirectores: José Miguel Sustacha y Francisco Martínez. La Fiscalía pide seis años de cárcel para cada uno de ellos.

La testigo aseguró que fue precisamente la desaparición de un cheque personal de un empleado, independiente de los ingresos solidarios, el que motivó las sospechas que destaparon finalmente la presunta apropiación de donativos. Según relató ante el tribunal, el citado trabajador de Anesvad se encontraba a la espera de un talón por el importe de un producto que había adquirido por Internet y después había devuelto, pero el cheque llegó finalmente a nombre de la ONG y no al suyo. Fue uno de los que se extraviaron. Tras varias gestiones por parte del afectado acabó apareciendo de nuevo, pero no sin motivar una serie de pesquisas internas que desembocaron en la denuncia del caso ante las supuestas irregularidades cometidas por Sustacha y Martínez. Ambos se autoinculparon después y fueron despedidos de Anesvad con sendas indemnizaciones que sumaron casi medio millón de euros.

El extravío del talón de un trabajador motivó la sospecha de irregularidades

La declaración de quien fue secretaria personal de Gamarra durante casi cuatro décadas, hasta que fue detenido en 2007, se centró en el extravío de cheques que deberían haber figurado en la contabilidad de Anesvad. Pero no se quedó ahí. Junto a la mayoría de los otros testigos que prestaron testimonio ayer, incidió en el control exclusivo que el expresidente tenía sobre otras cuentas paralelas, cuyos fondos estaban destinados a proyectos en los que colaboraba Anesvad, como Leprosería Culión o Misión de China.

Los testigos coincidieron también al reconocer que recibieron varios encargos para ir a cobrar al banco, en metálico, distintos cheques de elevado valor. Uno de ellos, cifrado en más de 55.000 euros. Por orden directa de sus superiores, algunos dedicaron el dinero recibido a cumplir con distintos pagos comprometidos por la ONG, en su mayoría vinculados a las obras de la nueva sede en Bilbao. Otros, en cambio, entregaron en persona el dinero a quienes les habían realizado el encargo: Gamarra, Sustacha o Martínez, normalmente.

Varios de quienes ayer prestaron declaración, antiguos amigos de Gamarra en su mayoría, también admitieron que durante sus años en Anesvad recibieron “gratificaciones” económicas por su trabajo, como el propio expresidente había reconocido en las dos sesiones previas del juicio. Uno de ellos, sin embargo, fue más allá al admitir que, al igual que otro compañero, fue premiado con un vehículo nuevo. “Recibí 600 euros en compensación por la mudanza de Anesvad y luego el señor Gamarra, por mi buen hacer y porque estaba contento conmigo, me gratificó con un coche”, confesó ante el tribunal.

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