Las obras en el puerto de Cádiz descubren los restos de otro pecio
La principal hipótesis es que los navíos hundidos hacían la ruta americana
El libro del pasado sumergido de Cádiz sigue sumando páginas. Las obras de la nueva terminal de contenedores han ofrecido a los arqueólogos más piezas que evidencian la existencia de, al menos, restos de dos barcos diferentes. A los tres lingotes y la moneda de plata se han sumado varias planchas de cobre que servían para acuñar dinero, un peto que formaba parte de una coraza y madera de guayacán, un árbol originario de América.
Los hallazgos no son respuestas sino nuevos interrogantes que abren paso a la investigación que ahora tiene que desarrollar el Centro de Arqueología Subacuática, dependiente de la Consejería de Cultura. La hipótesis en la que se trabaja es que los barcos son anteriores al siglo XIX y sirvieron para el comercio entre Cádiz y el nuevo continente.
Aunque ya se habían realizado prospecciones en 2008, ha sido en los últimos meses, desde que la draga trabaja en las obras de ampliación del puerto de Cádiz, cuando se han encontrado estas piezas que han aumentado el interés arqueológico por el lugar. Los trabajos afectan al canal de navegación declarado Bien de Interés Cultural (BIC) —con la tipología de zona arqueológica—, lugar donde dragados anteriores ya han aportado otros restos y, también, a una zona más amplia de servidumbre arqueológica, una figura que establece cautelas para proteger espacios donde nunca se ha encontrado restos pero hay indicios y fuentes documentales y orales que apuntan a esa posibilidad. En caso de confirmarse la importancia histórica de los hallazgos, estos lugares pasarían a ser declarados también BIC-zona arqueológica.
Varias planchas de cobre y el peto de una coraza forman parte del nuevo tesoro
Una posibilidad que se puede tornar en certeza con el hallazgo de varias piezas. Lo más destacado fue la aparición, a finales de enero, de un lingote de plata y una moneda del mismo material, un real de a ocho. Después fueron hallados otros dos lingotes más. Los primeros análisis han determinado que se trata de elementos de pureza máxima, un 99,2%, de 12, 22 y 26 kilos de peso cada uno. También ha aparecido una segunda moneda.
Dado el interés mediático por los restos, la Delegación de Cultura y la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz decidieron comparecer el lunes públicamente para presentar las piezas que se custodian en el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS), en el balneario de la Palma. "Son piezas de incalculable valor histórico", desveló la delegada Yolanda Peinado. La directora del CAS, Carmen García Rivera, detalló que los arqueólogos trabajan con la hipótesis de que uno de los dos pecios sea del siglo XVII y a él puedan pertenecer los objetos de valor.
También se han encontrado dos planchas de cobre cuya función podría ser la de acuñar de monedas. Así como restos de troncos de guayacán, un árbol procedente de América, que como la caoba, fue muy reclamado en la península ibérica en el siglo XVII. Los arqueólogos creen que algunas de estas piezas de valor tienen origen mexicano.
Del otro pecio no se han encontrado piezas directamente asociadas. La draga de las obras de la nueva terminal de contenedores se detuvo cuando alcanzó unas maderas, que podrían formar parte de la estructura de un barco del XVIII. El peto de hierro, de los que se usaban en los siglos XVI y XVII como parte delantera de una coraza, se encontraba en otra zona, como un elemento aislado.
Estos hallazgos condicionan el avance de la nueva terminal de contenedores, una obra definida por la Autoridad Portuaria como fundamental para aumentar las posibilidades de negocio del puerto gaditano. La draga sigue actuando, aunque no en la zona donde se encuentran los dos pecios señalados.
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