Mucho ruido para espantar la nueva ley
Los cántitos, bocinazos, gritos y el ruido de los cucharones golpeando metal se mantuvieron a las puertas de O Hórreo mientras duró el trámite parlamentario. En cuanto se aprobó la ley, el portavoz de CC OO, Ramiro Otero, agarró el megáfono, dio la noticia y prometió que sus protestas no iban a dar “ni un paso atrás”. El más de un millar de trabajadores públicos que se apretaba tras las vallas colocadas por la policía en la calle cortada al tráfico aumentaron decibelios y aplaudieron a sus representantes. Hora y media después de ocupar la calle con banderas sindicales y carteles, recogían sus bártulos y se quedaban, como les pidieron sus representantes, atentos a nuevas convocatorias de protesta. Serán este mismo jueves en las puertas de los centros de la Xunta y el próximo martes, día que también se extenderán a las once áreas hospitalarias de Galicia. Los sindicatos dejan en manos de las asambleas de los centros, que se celebran el jueves, la convocatoria de una huelga. Ellos se reunirán de nuevo en una semana para intentar “minimizar” los efectos que la ley aprobada por el PP puedan tener “en los trabajadores, sobre todo en los que tienen turnos rotatorios, y en los servicios”.
La mañana comenzaba en Lugo, donde la policía autonómica desalojó a primera hora a una veintena de funcionarios que estaban encerrados en las dependencias de la Xunta en la ciudad. En Santiago, los manifestantes se agolpaban tras pancartas con el lema “En la defensa de los servicios públicos. No a los recortes de nuestros derechos” que firmaban CIG, UGT, CC OO, CSIF, CGT, SAE, SATSE, STAG-F y USO. Delante de ellos, las vallas, y delante de las vallas, un nutrido grupo de antidisturbios. Entre los lemas más coreados estaban “Feijóo, cretino, traballa de interino” (con su variante que recomendaba al presidente de la Xunta, “lambón”, trabajar de peón), “O próximo parado que sexa deputado”, “Aí está a cova de Alí Babá” o las sugerencias de que se haga un ERE en el Parlamento o que el Gobierno del PP vaya “a la cola del INEM”. Incluso la Rianxeira se versionó a ritmo de recorte. Según denunció el diputado socialista Lage Tuñas en el pleno, la policía grabó a los manifestantes.
Los que no se libraron de enseñar el DNI fueron la veintena de representantes de los sindicatos que ocuparon la tribuna del Parlamento como invitados del PSOE. En cuanto sacaron sus pancartas fueron desalojados y conducidos a la puerta del edificio. La policía no dejó que la prensa se acercara a ellos hasta que abandonaron el recinto. Salieron con los carteles de protesta en alto y recibieron el primer y único aplauso que dedicaron los manifestantes.
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