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Dos tiros y un crimen sin culpable

Los padres del cabo del Ejército del Aire José Javier Cepeda Torrijos piden ayuda para resolver el homicidio de su hijo, muerto en 2007 en Usera

F. Javier Barroso
Los padres del cabo José Javier Cepeda Torrijos.
Los padres del cabo José Javier Cepeda Torrijos.RICARDO GUTIÉRREZ

Dos detonaciones rompieron el silencio la madrugada del 19 de abril de 2007 en las proximidades del metro de Usera. Un hombre que iba tambaleante y mal herido cayó delante de una pareja que estaba por la zona. El cabo primera José Javier Cepeda Torrijos, de 29 años, acababa de recibir dos disparos. Instantes después, moría. Han pasado casi cinco años y no hay ningún detenido por este crimen. Los padres del militar piden ayuda a todo el que pueda saber algo. “Todos los días me acuerdo de mi hijo. Lloro mucho y no hay momento que no esté presente en mi cabeza. He tenido que apuntarme a actividades, como bailes regionales o teatro para no caer en una fuerte depresión”, dice la madre del militar, Ana Torrijos, desde su casa de Alcázar de San Juan.

 José Javier había ido aquella noche a celebrar un cumpleaños con unos amigos. Acompañó a uno de ellos, con el que tenía una especial relación, al metro. Se marchaba a Alcobendas. Eran las once y media de la noche. Lo que pasó desde ese momento hasta que le dispararon poco antes de la una de la madrugada es una incógnita. “No sabemos si se encontró con alguien o vio algo que no debía haber visto... El caso es que, cuando una vecina de la zona oyó los disparos y se asomó a la ventana, vio a tres personas de rasgos suramericanos corriendo”, explica el padre, José Cepeda Angulo. “Creo que la policía no se ha tomado en serio este caso. Seguro que esa mujer pudo haber dado los datos para hacer un retrato robot o algún dibujo que permitiera detener a alguien”, añade con cierta indignación.

Lo que está prácticamente descartado es el móvil del robo. El cabo primera llevaba la cartera, con 18 euros. Tampoco le faltaba ningún objeto de valor, como el reloj. Al ser cabo no podía llevar el arma reglamentaria fuera del servicio. Nada más recibir los disparos, del calibre 9 milímetros corto y de fabricación checa, cayó al suelo, mientras decía “¡me muero, me muero!”. Los análisis de balística determinaron que uno de los disparos fue efectuado a cañón tocante y el segundo a una mayor distancia. Un proyectil le entró por la parte izquierda del tórax y se quedó alojado en el pecho. El otro salió del cuerpo y terminó en un parque cercano.

Algunos testigos vieron como dos de los tres atacantes salían corriendo por la cercana calle del Olvido, mientras que el tercero lo hacía por la de Mirasierra. “En cuanto él cae ya prácticamente muerto, le atiende una pareja. Estoy convencida de que ambos podrían dar muchos datos”, explica la madre. “Realmente no sabemos qué pudo pasar. Seguro que se encontró con alguien muy maleante y se juntó con él, que era muy ignorante...”. El padre no logra terminar la frase. “Son todo especulaciones, porque realmente no sabemos nada”, concluye.

El cabo primera llevaba nueve años en la banda de la Guardia Real, donde tocaba el clarinete, la gaita y el tífano (flauta de madera). Se sacó el título de Magisterio musical, logró el premio extraordinario. “Su pasión era la música. También estaba en la banda de Alcázar y en la orquesta Daikiri”, añade con lágrimas su madre. “Lo hemos pasado muy mal cuando la abogada nos ha dicho que el caso lo han archivado al menos hasta que haya nuevas pruebas. Me han llegado incluso a decir que me olvide ya de ello, pero es mi hijo y lucharé hasta que se resuelva”, afirma con pasión. Fuentes policiales aseguran que se han investigado todas las hipótesis. Cada cierto llaman a los padres para recordarles que no se han olvidado del caso, afirman. Mientras, los asesinos de José Javier Cepeda continúan libres.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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