El PP amaga ahora con romper el pacto presupuestario con CiU
Los gestos de Artur Mas hacia el electorado soberanista molestan a Alicia Sánchez Camacho
Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP) han hecho este miércoles gestos de distanciamiento en el Parlamento catalán después de sus reiterados pactos de los últimos meses que culminaron la semana pasada con un acuerdo para los presupuestos de la Generalitat. La presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, ha respondido con una amenaza en toda regla a los últimos gestos del presidente Artur Mas, quien ha renovado una subvención a Òmnium Cultural, la entidad catalanista diana de todas las críticas del PP. Sánchez-Camacho ha atacado a Mas por donde peor le sienta en estos momentos: ha amagado con no apoyar la ley de medidas fiscales que acompaña los presupuestos y que debe hacer realidad las nuevas tasas con las que cuadrar las cuentas: la turística y la farmacéutica entre otras.
Sánchez-Camacho, con su habitual retórica amenazadora pero inconcreta, ha dicho durante la sesión de control al Gobierno en el Parlamento catalán que no ayudará a aprobar una ley de medidas que incluye subvenciones y ayudas “poco transparentes”. Sánchez-Camacho ha recordado que pidió al Gobierno una reducción del 16% en el presupuesto para empresas públicas y ha lamentado que esto no figure en el presupuesto. Sánchez-Camacho ha reprochado a Mas sus proclamas independentistas en la prensa internacional y le ha asegurado que estará a su lado si abandona estas posiciones y abraza las tesis de Mariano Rajoy.
Artur Mas, sin apenas inmutarse por las amenazas de su socia, ha optado por continuar distanciándose del Partido Popular en los asuntos de la agenda nacionalista. “El presidente de la Generalitat seguirá expresando sus opiniones donde considere oportuno”, le ha respondido.
Pese al encontronazo, por las últimas subvenciones de Òmnium Cultural no parece que esto vaya a tener consecuencias. CiU y PP tienen cerrado el pacto presupuestario, que incluye también la ley de medidas. Además, CiU ha defendido con entusiasmo la reforma laboral del Gobierno central. El resto de grupos de la Cámara han observado con expresiones de incredulidad el duelo entre Sánchez-Camacho y Mas. De “pura comedia” han calificado la escena algunos diputados de la oposición a través de las redes sociales.
Mas y Sánchez-Camacho sí han coincidido en defender el proyecto del megacasino Eurovegas que el magnate Sheldon Adelson podría instalar en Cataluña. “El PP estará al lado de las iniciativas que promuevan empleo”, ha certificado Sánchez-Camacho sin entrar en las duras exigencias que los promotores del casino están haciendo al Gobierno.
Artur Mas también ha tenido que defender su política de pactos ante el jefe de filas del PSC, Joaquim Nadal, quien le ha reprochado el “acuerdo preferente” que CiU mantiene con el PP. Nadal ha insistido a Mas que marque las líneas rojas que no está dispuesto a cruzar para dar satisfacción a Sánchez-Camacho. El presidente de la Generalitat no ha respondido, pero sí ha apremiado a los socialistas a que estudien y se sumen a la propuesta de pacto fiscal que defiende CiU en la línea del concierto económico. “Si no lo hacen pronto, el PP lo hará antes que ustedes”, ha vaticinado.
Las balanzas fiscales, nuevo paso en el distanciamiento
El distanciamiento entre CiU y PP se ha escenificado una vez más esta mañana tras el diálogo entre Alicia Sánchez-Camacho y Artur Mas. Los votos de CiU, PSC, ERC e ICV han permitido tramitar una ley que fija la publicación de las balanzas fiscales. PP y Ciutadans se han quedado solos defendiendo las enmiendas en contra a la norma, propuesta por ERC.
El diputado popular José Antonio Coto ha atacado directamente a la política de pactos del Gobierno, afeando al Ejecutivo que pacte los Presupuestos con el PP y acuerde leyes con ERC: “Este es el fracaso de la geometría variable del Gobierno. En vez de optar por el futuro, prefiere pactar con los autores intelectuales del tripartito”, ha dicho en referencia a los independentistas.
La ley, que se tramitará ahora en ponencia, pretende que la publicación de las balanzas fiscales se ligue a los Presupuestos, y los datos se incluyan en el informe económico que acompaña las cuentas. Pese a que el cálculo de estos datos no está fijado por ley, el Gobierno catalán hace periódicamente su propia estimación.
El PSC se ha sumado al resto de partidos, pero ha reclamado que el déficit fiscal sea calculado por un grupo de expertos plurales. “Son datos que siempre pueden ser mal utilizados”, ha recalcado la diputada Rocío Martínez-Sempere. CiU y ERC siempre han usado estas cifras para denunciar el desagravio de Cataluña respecto a España.
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