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OCIO

El inglés en mil parrandas

Deporte, clases de cocina, gincanas, juegos de ingenio o salidas nocturnas. Existe una amplia oferta alternativa a las aulas de las escuelas de idiomas para practicar la lengua de Shakespeare en Madrid

Una de las sesiones de Bootcamp en el Retiro, para hacer deporte y practicar inglés a la vez
Una de las sesiones de Bootcamp en el Retiro, para hacer deporte y practicar inglés a la vezCARLOS ROSILLO

Siglo XXI. El madrileño común se levanta temprano para ir a trabajar sus ocho o 10 horas (también es un trabajo buscar empleo). En la lista de cosas por hacer, hoy, además, hay que preparar la comida, jugar con los niños, hacer deporte y sacar un rato para pareja, amigos, un libro, el cine o el teatro. Imposible rascar horas para el dichoso inglés. O no. Decenas de propuestas en la capital fusionan el aprendizaje y práctica del idioma con actividades de ocio, gastronomía, deporte y cultura. Ahí van unas cuantas ideas para sacarle a su agenda un hueco anglosajón.

» Pronunciar abdominales. Casi igual de duro es hacer unas sentadillas que pronunciarlas bien: “Squats”, vocaliza el británico Adam Broughton, responsable junto a Simon Price de las sesiones de Bootcamp en inglés que imparten por las tardes en el Retiro (www.bootcamp-espana.com). “Este deporte, inspirado en el entrenamiento militar, consiste en una hora intensiva de ejercicio: carrera, abdominales, fuerza, boxeo… sin parar”, explica el entrenador. “Es muy popular en Inglaterra o Estados Unidos, porque se practica al aire libre y es perfecto para perder peso a cualquier edad”. Broughton y Price pensaron que a la gente le interesaría probar a “practicar su inglés mientras entrena. Primera clase, gratis”. ¡One!, ¡two!, ¡one! ¡two!, hasta lograr hacer, o decir, unas cuantas squats seguidas.

» Con paladar americano. Por lo de su vocación de cocinera, explica cómo hace ella para que la salsa huela a perrito caliente. Por deformación profesional, no dejará que ningún asistente llame kétchup a lo que ella pronuncia katchap: “Repeat, please”, se afana. La estadounidense Margit Sperling es la jefa de estudios de la empresa de cursos MCHtraining y la chef de las clases de cocina en inglés que organizan mensualmente en colaboración con la librería gastronómica A Punto —Pelayo, 60— (www.apuntolibreria.com), la única donde literatura de mantel y fogones comparten espacio a diario. “Enseño a elaborar platos americanos”, explica Sperling, “la gente se divierte porque es distinto a estar en un aula”. Mientras mete un mito en el horno —pastel de manzana—, aprovecha para confesar otro: “Es cierto, le echamos katchap a casi todo”.

» Cita rápida con lengua. Son citas cortas. De esas de oportunidades de 10 minutos y... cambio de pareja. Un bar, una decena de personas y cinco rotaciones. La diferencia es que aquí los lados de la mesa no los marcan los sexos, sino las procedencias. Spanglish Exchange (www.spanglishexchange.com), una empresa con tres años de experiencia en Argentina, pone a prueba la fluidez de los madrileños en las distancias cortas. Cinco nativos anglohablantes y cinco españoles charlan por turnos. Cinco minutos en cada idioma. Cinco euros por participar y una consumición. “No es para ligar”, explica Nathan Vermeiren, responsable en España. Otro modo de usar la lengua.

» Libros con camarero. ¿Cómo se dirá aquello de “aceptamos barco” en inglés? La oportunidad de averiguarlo la pone en la calle del Espíritu Santo, 47, el bar-librería J&J Books and Coffee. Los viernes a las once, unas 70 personas se enfrentan en una apasionante y abierta competición de quiz en inglés, el popular juego de preguntas. La partida se juega arriba, en el bar, una taberna de ambiente tenue y anglohablante (miércoles y jueves son las citas fuertes para practicar conversación). Abajo, una librería con una colección de 25.000 libros de segunda mano en lengua inglesa a precios de entre uno y cuatro euros.

» Mi niño juega en inglés. Desde luego es más fácil convencer al crío de que aprenda inglés si, en vez de una clase, la alternativa es un mago, un actor, un loro de acento británico o el monitor de una gincana. Kidsinmadrid (www.kidsinmadrid.com) es una web informativa de actividades infantiles bilingües por toda la región. La propia página también organiza, a través de su iniciativa (www.kidsfunideas.es), eventos anuales (como la feria bilingüe), o mensuales: 17 euros por costillita, un par de horas de taller de magia, peluquería o teatro que se realizan en colaboración con empresas de amplia experiencia en el sector. “La misión: diversión con idiomas”, asegura Paloma Irving, fundadora de la web.

» Bares en versión original. Cerca de 200 personas en el mismo bar dispuestas a compartir idioma y caña, ya son como para no dar con alguien con quien congeniar. Son muchos los pubs de la ciudad que organizan su noche de intercambio de idiomas entre nativos y extranjeros. David Poza, creador del grupo Multilinkual (www.multilinkual.com), puede presumir que las quedadas que él empezó hace 14 años con 15 personas ahora congregan a esa multitud. Los martes a las diez de la noche en el bar O’Neill’s (Príncipe, 12) y los jueves en Beer Station (cuesta de Santo Domingo, 22). Para los que sean más de listening, también hay monólogos a cinco euros en el segundo bar, el tercer jueves de cada mes. Los viernes toca cine, el supergrupo marcha a los Ideal con descuento y una cerveza gratis después. Por lo de comentar el filme. “Es perfecto para entablar amistad y practicar idiomas”, dice Poza. “En principio eso. Aunque ya he visto salir muchas parejas de aquí”.

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