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Iberdrola corta la luz a Barberá en dos locales municipales por impago

El teniente de alcalde Alfonso Grau alega que el Ayuntamiento de Valencia paga a los proveedores pequeños antes que a los grandes

Cristina Vázquez
Farolas en una calle céntrica de Valencia.
Farolas en una calle céntrica de Valencia.JORDI VICENT

La compañía Iberdrola cortó la luz el pasado martes a varias dependencias municipales porque el Ayuntamiento de Valencia no está al corriente en el pago de facturas. Se vieron afectadas por el corte de fluido eléctrico una biblioteca pública y las oficinas del servicio de Relaciones Internacionales y del servicio Tributario, localizadas en la calle del Arzobispo Mayoral.

El grupo municipal de Compromís denunció el hecho. Su portavoz, Joan Ribó, se acercó por la mañana a visitar las oficinas afectadas. “El encargado de la empresa suministradora cortó el servicio, dejando sin medios de trabajo, ni calefacción ni posibilidad de trabajar con los ordenadores a todo el personal funcionario, no pudiéndose cubrir el servicio ni las funciones”, denunció Ribó.

El político conversó con los funcionarios afectados, quienes le trasladaron que estaban a la espera de recibir órdenes de la alcaldía. Los trabajadores del servicio de Informática tuvieron que recoger sus equipos, explicó el portavoz de Compromís, y trasladarse a la sede municipal de Tabacalera.

Ribo exigió explicaciones del corte a la alcaldesa Rita Barberá y le preguntó si es un caso puntual “o el comienzo de lo que va a suceder con el resto de servicios municipales”. Compromís solicitará al equipo de Gobierno una relación de facturas pendientes de pago de todas las dependencias municipales. Iberdrola restableció el servicio, según un portavoz del Ayuntamiento, 24 horas después del corte.

Malas relaciones

Las relaciones del Consistorio con Iberdrola no atraviesan un buen momento. El Ayuntamiento abonó hace cinco meses a la empresa siete millones de euros de facturas pendientes, pero faltan por pagar otros seis millones. “El corte de luz se ha producido porque Iberdrola aplica sus protocolos”, informó un portavoz municipal, pero el Gobierno local negocia con la compañía una compensación —Iberdrola adeuda al Ayuntamiento 2,5 millones de euros por obras en la vía pública— que reduce la factura con la empresa a tres millones y medio de euros.

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El vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, no ocultó su malestar por la denuncia de Ribó. Según Grau, el Consistorio está dando prioridad a los proveedores pequeños y medianos frente a los grandes, como es el caso de Iberdrola.

La alcaldesa Rita Barberá se mostró sorprendida de que la izquierda, en referencia a Ribó, defienda ahora “a los poderosos”, según dijo ayer en la inauguración de la pasarela de moda Valencia Fashion Week.

Valencia consume más energía eléctrica por habitante que ciudades como Madrid y Barcelona

La regidora de Valencia ya expuso su punto de vista al respecto cuando hace unos meses trascendió que Iberdrola cortó la luz en dependencias de la Generalitat Valenciana. Entonces criticó la “ansiedad” de las compañías eléctricas a la hora de cobrar sus facturas e insistió en que no le parecía “justo” que las compañías eléctricas estuvieran amenazando a las Administraciones públicas con cortes de luz porque debido a su tamaño podían soportar los retrasos en los pagos.

La reacción del presidente de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), Eduardo Montes, no se hizo esperar. El dirigente respondió unas horas después a Barberá, invitándola a que muestre “con aquellos que están pasándolo mal” la misma “solidaridad” que ella exige. No sin antes recordarle que el Consistorio valenciano embarga cuentas corrientes, bienes inmuebles, salarios, joyas e incluso la devolución de la renta de Hacienda por “aparcar en doble fila”.

En ese contexto, la alcaldesa reconoció que las facturas de la luz en Valencia son muy grandes, con un costo mensual superior al millón de euros. Un gasto que solo se entiende por los miles de farolas instaladas en la capital por expreso deseo del Consistorio.

El equipo de gobierno que preside Barberá ha presumido durante años de lo bien iluminada que está Valencia. No en vano, varios estudios la han considerado una de las capitales con más contaminación lumínica. El Consistorio ha puesto en marcha medidas de ahorro.

En 2007, por ejemplo, cuando la crisis no había mostrado todavía su peor cara, Valencia gastó 13,5 millones de euros. La factura era entonces solo comparable con las de ciudades como Madrid o Barcelona. En Valencia se consumían 127 kilovatios / hora por habitante, frente a los 61,5 de la capital de España o los 57,4 de la ciudad condal. Sobran los análisis.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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