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Botella pone como ejemplo de servicio público el voluntariado de los mayores

La alcaldesa inaugura un centro en Ciudad Lineal bautizado en honor al actor Manuel Alexandre

Botella, durante su visita al centro de mayores Manuel Alexandre.
Botella, durante su visita al centro de mayores Manuel Alexandre.AYUNTAMIENTO DE MADRID

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha inaugurado esta mañana un centro de mayores que llevaba “unos pocos meses” funcionando en el distrito de Ciudad Lineal, acompañada por el líder municipal de Izquierda Unida, Ángel Pérez; el concejal socialista Pedro Zerolo; y amigos y familiares del actor Manuel Alexandre, en cuyo homenaje se ha bautizado esta instalación pública.

El centro cuenta con 1.500 metros cuadrados, y está situado en el número 54 de la avenida de Daroca. Dispone de talleres, sala de informática (aunque no tendrá Internet hasta dentro de un mes), gimnasio, peluquería, biblioteca y otros servicios. Tiene ya 1.500 socios.

En Ciudad Lineal viven 225.789 personas, de las que más del 21% superan los 65 años de edad. Para esos casi 50.000 vecinos mayores, hay ocho centros. La mitad son socios de ellos, es decir, hay unos 6.570 socios por centro en los otros siete que ya estaban en marcha. En toda la ciudad hay 90 centros de mayores para cerca de 600.000 personas mayores de 65 años (unas 6.670 por centro). Este año abrirán otros dos, en los distritos Centro y Moncloa-Aravaca.

Mayores voluntarios

Los mayores prestan labores de voluntariado en sus propios centros, como miembros de las juntas directivas (representan a los socios ante la dirección y velan por el cumplimiento del reglamento interno) y como monitores de actividades que conocen por su trayectoria profesional o personal (informática, pintura, idiomas, música, baile, etcétera). De los primeros, hay unos 700; de los segundos, más de un millar. Además, los centros cuentan con el apoyo de voluntarios externos, que suman más de 1.250.

“Con ellos queremos favorecer la participación de los mayores en esta ciudad a través del envejecimiento activo”, ha recalcado Botella. La alcaldesa ha agradecido a estas personas que desarrollen “iniciativas de carácter voluntario como monitores de talleres o gestores de grupos de acogida, y ejerciendo labores de apoyo a los más vulnerables”. Y ha añadido: “Hay más de 1.200 monitores voluntarios. Esa tarea de voluntariado, de hacer cosas por los demás, que es habitual en los centros de mayores, no es sólo una actividad admirable sino también un ejemplo a seguir en otras muchas actividades de servicio público de la ciudad”.

La alcaldesa puso hace unos días los talleres para mayores como ejemplo del voluntariado que pretende extender a otros servicios municipales, para que los ciudadanos “cuiden de esos centros que se han hecho para ellos”. “Hemos tenido la suerte de, con los recursos de los madrileños, tener una serie de infraestructuras; ahora tenemos que ser capaces de que tengan una utilidad. Me niego a pensar a que no se puede abrir porque no haya personas voluntarias a ayudar a ponerlas en marcha. Todos tenemos que ser conscientes de que esta situación la tenemos que salvar entre todos”, dijo Botella. Su frase se interpretó como una petición de ayuda para abrir con trabajo de voluntarios los centros ahora cerrados por falta de dinero para pagar a funcionarios. El Ayuntamiento ha negado una y otra vez que pretenda sustituir de esta forma tareas remuneradas.

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Tres libros del actor

“Ponerle el nombre de Manuel Alexandre a este centro es un pequeño homenaje a este gran actor, (…) que en sus últimas películas rindió homenaje e hizo justicia a los mayores, a su ilusión y ganas de hacer cosas”, ha asegurado la alcaldesa en su discurso inaugural. Alexandre falleció en Madrid, la ciudad en la que había nacido 93 años antes, el 12 de octubre de 2010.

Su sobrina, Amelia Aroca Alejandre, ha señalado: “Le habría encantado este centro, era una persona de encuentro, de tertulia”. Aroca entregó a la alcaldesa tres de los libros favoritos del actor, para la biblioteca del centro: Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez; Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda; y La venganza de don Mendo, de Pedro Muñoz Seca.

El actor Álvaro Luna, amigo íntimo de Alexandre y presente en el acto, ha señalado: “Me parece emocionante, justo y lógico, era un madrileño universal. Era una persona modesta e ilusionante, que hasta el último día ensayaba a solas. Era un actor luminoso, tenía una ternura y un comportamiento que le hicieron respetado y queridísimo. Siempre había un murmullo en el patio de butacas cuando él salía a escena, aunque fuera en un papel secundario. Alfred Hitchcock decía, nunca trabajes con niños, con perros. Yo añade, ni con Alexandre, porque te robará todo el brillo”.

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