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Buscarse la vida con otras labores

Marian Ozcariz, viceconsejera de Educación, asegura que los centros de Secundaria y las Escuelas de Idiomas valoran “mucho” el programa de auxiliares de conversación. Sus palabras las corrobora Patricia Losada, profesora de inglés y miembro de la junta directiva del instituto Uribe-Kosta de Plentzia. “Hemos tenido a dos chicas y ahora a Adam [Vieth], y estamos encantados. Llevamos cuatro años en el programa. Hace falta trabajarlo y mejorarlo, desde luego, pero creemos que es muy bueno”, opina.

“No es solo la cuestión del idioma. Es también un intercambio cultural. Creemos que esto es importante”, agrega. Por ejemplo, Vieth cuenta con mucho tiempo libre que aprovecha para conocer la zona. “Es otro de los objetivos. Que se pueda mover y conozca bien todo esto”, apostilla Losada.

La viceconsejera apunta que los auxiliares terminan, por lo general, felices tras la experiencia. “Vienen a practicar castellano, pero algunos se integran tanto que acaban hasta aprendiendo euskera. Muchos piden repetir otro año más”, resalta.

Cada inicio de curso, se celebra un acto de recepción a los nuevos asistentes. “Sobre todo, se hace para que gente que ya ha estado hable a los nuevos sobre su experiencia: cómo lo han pasado, cómo es la gente de aquí, la comida,… Les explican todo. En general, están todos contentos”, insiste Ozcariz.

Cobrar 700 euros al mes no da para mucho. Hay que pagar un alquiler, la alimentación,… Por eso, la gran mayoría de los jóvenes busca otras ocupaciones con las que ganar un dinero extra. “Esas pelillas las consiguen dando clases particulares, participando en cosas y demás. Se buscan la vida”, manifiesta la viceconsejera.

Al final del curso, el centro elabora una memoria del trabajo desarrollado por el voluntario, que eleva a Educación. Este informe resulta fundamental a la hora de decidir si el auxiliar puede continuar en el programa otro año más o no. Como novedad, y a través del Ministerio de Educación, este curso han llegado también tres profesores extranjeros a dar clases. “Hemos mandado a uno a cada provincia. Es otra experiencia que está resultando muy positiva”, concluye Ozcariz.

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